17
Cuando Pamela le rodeó el cuello con sus brazos y lo atrajo hacia ella para besarlo, Jungkook se quedó demasiado sorprendido para resistirse; pero al cabo de unos pocos segundos se apartó de ella con firmeza y, visiblemente incómodo por la situación, declaró:
—Lo siento, Pamela, pero estoy en pareja.
—No seas anticuado, querido, hay muchos hombres en pareja, incluso casados, que no dan la menor importancia a mantener un pequeño coqueteo al mismo tiempo...
—Pero yo no soy uno de esos hombres —la interrumpió Jungkook con firmeza, desasiéndose de esas manos que trataban de atraerlo de nuevo—. Será mejor que volvamos con el resto de la gente.
—Está bien, Jungkook, no te enfades conmigo —suplicó la mujer—. Lo siento, de verdad.
Comenzaron a andar en medio de un embarazoso silencio. Jungkook estaba deseando perderla de vista, así que caminó a toda la velocidad que le permitían sus largas piernas y, pocos minutos después, llegaban al belvedere de mármol.
Al ver a Jimin en brazos de Robert Atkinson, Jungkook de repente lo vio todo rojo y una furia homicida le invadió. Con rapidez, avanzó hacia el hombre que abrazaba a su vecino y, sin mediar una sola palabra, le soltó un directo a la mandíbula que le hizo caer al suelo, despatarrado. A continuación, agarró con fuerza el brazo de Jimin arrastrándolo tras de sí y, sin detenerse, le ordenó por encima del hombro a la pelirroja que lo miraba con la boca abierta:
—Pamela, encárgate de que los Wilson acerquen a mi madre a casa. Nosotros nos vamos ya. Muchas gracias por todo.
Jimin tuvo que apretar el paso para seguirlo.—Me estás haciendo daño —protestó tratando de librarse de la dolorosa presión de su mano.
—¡Estate quieto! No pretendo armar una escena en este lugar. Ya hablaremos en casa.
Enseguida llegaron al coche. Jungkook lo obligó a sentarse en el asiento del copiloto y cerró la puerta de golpe. Arrancó en silencio y condujo a toda velocidad hasta la gran mansión de piedra. Bates les abrió la puerta sin manifestar ninguna sorpresa ante el hecho de que la madre de él no regresara con ellos y les condujo hasta uno de los salones de la casa.
—¿Desean tomar algo los señores?
—No, gracias, Bates, no necesitamos nada, puedes retirarte —contestó Jungkook haciendo gala de una gran calma, a pesar de que Jimin notó que estaba a punto de estallar.
Cuando el mayordomo se fue, cerrando la puerta discretamente tras él, Jungkook le preguntó con una voz distorsionada por la rabia:
—¿Qué hacías besando a Atkinson?
El joven alzó el rostro desafiante hacia él y respondió con otra pregunta:
—¿Qué ocurre, acaso tú puedes besar a Pamela y yo no puedo divertirme?
—Yo no he besado a Pamela.
—¡Claro, ahora lo entiendo! De repente, te diste cuenta de que no respiraba y decidiste practicarle un RCP de urgencia —después de lo ocurrido con su alumna, Jimin se había apuntado a un cursillo de primeros auxilios y ahora la reanimación cardio pulmonar no tenía secretos para el.
ESTÁS LEYENDO
Algo más que vecinos •kookmin• Adaptación
Novela JuvenilJeon Jungkook, un rico hombre de negocios inglés de familia aristocrática, serio y obsesionado por el trabajo, conoce una noche en la terraza de su casa a él que, en un principio, toma como el amante de su viejo vecino. Park Jimin, el nuevo habitant...