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Ren, Ai y Senri se quedaron viendo a su nuevo amigo mientras esté lloraba entre los brazos de Zero. Los pequeños no entendía que pasaba, ¿Por qué el niño lloraba? ¿Acaso su padre no lo quería? Kaname se acercó lentamente hasta donde estaban todos ellos, al ver a Zero que alzaba al niño para que este se calmara un poco, el castaño, no pudo evitar sentir angustia. El rostro lleno de lágrimas del niño le conmovió de tal manera que olvidándose de los demás y en especial de su esposo se acercó con su pañuelo, para limpiar el rostro de aquel niño.

Una vez que Kaname limpio al niño este se lo quedo viendo, esos ojos granate le parecían tan cálidos que no pudo evitar pasar sus pequeños y delgados brazos alrededor del cuello de Kaname.

- Tranquilo, pequeño. Todo va a estar bien -

- Sí - dice apretando más el cuello de Kaname - Seré un buen niño y mis papás vendrán por mí -

- ¿Tus papás? -

Ichiru iba a responder en ese instante cuando Yori llegó y con un grito rompió ese contacto que Kaname tenía con Ichiru.

- ¡Ichiru, ven aquí! - la voz fría de Yori estremeció al pequeño, quien se alejó de Kaname y con resignación fue con la mujer - ¡Dónde diablos estabas, maldito niño! -

El corazón de Kaname se sintió fatal al escuchar como con tan poco tacto esa mujer, la madre del niño, le llamaba. Dónde estaba el consuelo que ese niño necesitaba, esa mujer era fría, poco amable. Yori prácticamente arrastraba al niño que no podía seguirle el paso, tanto Zero como Kaname querían ir por ese niño, ambos, aunque fueran incapaz de decirlo con la voz, sintieron algo especial al ver a Ichiru, pero no podían ponerlo en palabras.

Kaname tuvo que irse con su familia, su esposo no le dijo nada, el rubio solamente conducía su camioneta al llegar a casa los niños bajaron y Kain y sus amigas se perdieron en una de las habitaciones y comenzaron a jugar con la play. Los dos más pequeños se dedicaron a ver la televisión y Ruka al ver la expresión de fastidio de su padre, no quiso separarse de Kaname, la jovencita de 17 años, tenía más que claro que en el momento en que ellos se quedarán solos, Takuma nuevamente descargaría su enojo en Kaname.

- Kaname, te espero en el estudio - Dice Takuma al entrar a la cocina al verlo en compañía de Ruka

Kaname intento disimular sus nervios, esperaba que está vez su esposo no fuera tan brutal, considerando de Rima y María estaban de visita en casa.

- No vayas, papá - dice Ruka tomando una de las manos de su padre

- No pasa nada, tu papá me necesita -

- Ese monstruo, te va a lastimar -

- No hables así, es tu padre y él te ama, hija -

- ¿Cuanto más dolor vas a soportar? ¿acaso estás esperando que un día te mate? -

- Hija, las cosas no siempre son como uno quiere -

- Pero tampoco debes aceptar tan tranquilamente un destino así -

- Que las cosas estén así son mi responsabilidad -

- Ya pagaste por tu pecado, papá mató a nuestro hermanito ¿Qué más tienes que pagar? - dice Ruka sin querer aceptar lo que estaba pasando en su propio hogar

- Vuelvo pronto -

Kaname acarició una de las mejillas de su hija, y se apresuró a llegar al estudio de su esposo.

- ¿Por qué tardaste tanto? - dice Takuma mirándolo desde su silla reclinable

- Lo siento, no se volverá a repetir -

- Eso espero, mis órdenes se deben cumplir inmediatamente -

- Perdón - dice Kaname temblando de temor

- Está bien. Pero ahora quiero saber ¿porqué no me dijiste que a esa boda asistiría mi hermanito? -

- No lo sabía - responde Kaname mirando el suelo

- No me engañes -

- Taku, juro que no lo sabía - dice casi llorando Kaname

- No mientas ¡¡Ramera!! - grita furioso el rubio levantándose de su silla y caminando hacia su esposo - ¡Odio que mientas, perra ramera! -

- No lo sabía - y dando unos pasos atrás - Lo juro, si lo hubiera sabido jamás habría ido a esa boda -

- No soy idiota, vi como se miraban - y apretando el cuello de Kaname - Se miran con pasión, se desean, aún quieres abrirle las piernas, como la puta que eres - y acercando su rostro al de Kaname - Aún sientes deseo por él. Aún en las putas noches sueñas que él te toma, que él te penetra, que él te hace gemir como la ramera que eres - y ejerciendo más presión en el cuello de Kaname - Pero solo serán sueños, tú me perteneces, y te prefiero muerto que en brazos de él -

Kaname ya prácticamente no podía respirar. Ruka estaba en la cocina, pero al no escuchar los gritos de sus padres, ni indicios de violencia, se acercó al estudio temiendo lo peor, cuando abrió la puerta de encontró con un Kaname casi morado y con su cuerpo laxo.

- ¡Detente! - grita Ruka corriendo a separar a sus padres - ¡Vas a matar a papá! -

Los gritos de Ruka alertaron a sus hermanos, que aparecieron en cosa de segundos en el estudio. Kain al ver por primera vez lo que deducía se abalanzó sobre su padre y lo empujó con su cuerpo liberando a Kaname, quien cayó al suelo golpeándose la cabeza.

María al ver que Kaname no reaccionaba tomó su teléfono y llamó a su padre que en ese momento iba camino a su casa con Senri.

- ¡Papá, ayúdanos! -  grito asustada la niña cuando Zero le respondió la llamada - Tío Kaname parece muerto, no despierta -

- ¡Voy en seguida! -

Zero dio media vuelta y condujo a casa de Kaname, llevaba años sin pisar esa casa, Takuma le había prohibido el acceso, pero que más daba ahora. Kaname estaba en riesgo y sus hijas estaban asustadas. Al llegar  le pidió a Senri que se quedará en el coche, bajo con premura e irrumpió en la casa, llegó al estudio donde se escuchaba el llanto de Ren y Ai.

Kaname estaba inconciente y Ruka intentaba desesperadamente que volviera en sí.

AMANTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora