Novem

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— ¿Kim Seokjin?— Preguntó el joven rubio que previamente había pedido permiso para interrumpir su clase de trigonometría

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¿Kim Seokjin?— Preguntó el joven rubio que previamente había pedido permiso para interrumpir su clase de trigonometría. Jin levantó la mano para informarle al chico que era él a quién buscaba.— Soy Kim Hyojong, por favor, acompáñame. Tengo órdenes de llevarte al Salón Real de Picas.— Dijo de forma cortés.

Bueno, mierda.

Hubiera fingido que no era él. Ahora iba a tener que enfrentar a su rey luego de lo que hizo el día anterior.

Jichul descendió de su coche con pesadas bolsas de compras y se adentró en su hogar

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Jichul descendió de su coche con pesadas bolsas de compras y se adentró en su hogar. Con un suspiro de cansancio, dejó las dichosas bolsas sobre la isla de la cocina, sin ánimos de guardar cada cosa en su lugar.

Se estiró para tomar una manzana verde y salió de la cocina, en dirección a su dormitorio, cuando Jisoo, una de sus empleadas, chocó contra él.

— Oh, lo siento mucho señor Gong, no estaba prestando atención. Le prometo que no volverá a ocurrir.— La pobre chica prometió con nerviosismo.

— Hey, tranquila, no fue nada.— Respondió con una sonrisa. Siguió su camino hacia su dormitorio, y no le tomó importancia a la marca en el cuello de la chica.

Una vez que finalmente llegó a su habitación (y que maldijo mentalmente haberse comprado una casa tan grande), abrió la puerta y entró.

Goeun estaba sentada junto al ventanal abierto de la habitación, su cabello ondeando con la suave brisa. Se veía aún más hermosa con las facciones relajadas, mientras leía alguno de sus tantos libros. Si tan solo pudiera amarla...

Se acercó a ella cruzando la gran habitación, y el rostro de la mujer se iluminó en felicidad, y algo más, al verlo. Le dió un tierno beso en la coronilla, y se sentó frente a ella, ambos charlando armoniosamente sobre su día.

Jichul le restó importancia a la marca del labial rojo de Jisoo en el lechoso cuello de su esposa. Goeun hizo lo mismo con el moretón violáceo que logró ver en la clavícula del hombre cuando desprendió los primeros dos botones de su camisa.
Ambos tenían un secreto.

Juego De Poder {Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora