- ¿Tú eres el de nuevo ingreso?- El chico bajo de mejillas regordetas se dirigió a él con un tono de curiosidad en la voz.
- Oh, ¡Hola!- Jin saludó alegre, mientras se giraba para verle de frente.- Sí, soy yo. Me llamo Seokjin, pero puedes decirme J...
Durante el receso, Jin fue llevado a rastras hasta la cafetería por Jimin, quien le presentó a sus otros dos amigos: Hoseok, un chico pelirrosa con un corazón en su sonrisa que no dudó en confesarle su amor hacia Min Yoongi, el profesor de historia. Y Minseok, el rubio bajito que lo espiaba y que estaba con Jimin el día que lo interceptaron. Feliz, Jin les preguntó si podía invitar a una amiga que conoció en su primer día, y llamó la atención de Chaeyoung ante la aprobación; ella buscaba con la mirada un lugar para sentarse.
Un alboroto en otra mesa llamó la atención de Seokjin y sus acompañantes. Un chico de cabello gris se reía mientras era golpeado por otro de cabello turquesa, Jungkook y una chica muy parecida a él intentaban separar al tornado turquesa del pobre peligris, y otro chico pelinegro estaba sentado en la mesa, con rostro inexpresivo y la mirada perdida en algún punto de la cafetería.
Jin se rió un poco, y volvió su atención a sus nuevos amigos, pero al parecer solo él y Hoseok habían dejado de mirar hacia la mesa. El pelirrosa comía tranquilamente, y cuando vio la confución en las facciones de su nuevo amigo, se propuso aclarar sus dudas.
— Jimin y ese niño de cabeza celeste, Taehyung, son ex novios, y por puro orgullo no vuelven. Minseokie está enamorado de ese pelotudo que está teniendo tremendo viaje astral. Se llama Sehun, dato curioso: tiene una crisis existencial porque se cree hetero y le encanta follarse a Minnie. Y tu amiga... no tengo idea, sinceramente.—
El castaño asintió levemente y dirigió su vista nuevamente a la escena, el chico que Hobi señaló como Taehyung ya no estaba golpeando al chico peligris, pero ahora le estaba haciendo un berrinche a Jungkook, quien lo veía con exasperación. Jin aprovechó el que nadie le prestara atención para ver detalladamente el perfil de Jungkook: su mandíbula estaba tensa y remarcada, él estaba apretando los dientes. Sus brazos cruzados sobre su pecho y la camisa apretada al cuerpo le daban una vista perfecta de sus tríceps marcados ¿Cuánto ejercicio hará al día? Qué envidia, pensó. Jungkook era simplemente guapo en el peor de los casos, y extremadamente sexy en el mejor.
¿Cómo se sentirá ser cuidado por un hombre?
Basta, Jin. ¿Eso debería importarte acaso? Se reprochó mentalmente. Eres heterosexual, te debería preocupar saber tratara una mujer. Y es mejor que empieces a trabajar en ello, que tienes 17 y sigues virgen.
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Cuando Seokjin se enteró de que el receso duraba una hora y que aún le quedaban 25 minutos, salió corriendo en la dirección en la que había visto pasar a su director. Llevaba espiándolo cerca de diez minutos, y el Sr. Lee se paseaba con una sonrisa cargada de cariño por todos los pasillos.
Pidió a Dios unas 30 veces que su padrastro no tuviera esa misma sonrisa cuando fuese a buscarlo, y así fue; Jichul tenía un semblante triste, y le sonrió por pura cortesía. En ese momento aprendió que Dios cumple los deseos, pero que tienes que pedírselos detalladamente; a pesar de que la sonrisa de satisfacción no estaba en su rostro, si estaba una marca violácea algo grande. Estaba seguro que no la tenía esa mañana, y estaba tres veces más seguro de que la pequeña boca de su madre no podría hacer una marca de ese tamaño.
