Capítulo XVI: Preocupaciones y Distracciones

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Nota del autor: el capítulo contiene contenido explícito +18.

Ya había pasado una semana desde que Adelina había dejado de hablarme, todo lo que me decía era a través de Samantha, estábamos en una reunión cuando ella preguntó por el valor del dólar, yo solté un suspiro y luego me levante de la silla, me excuse diciendo que tenía que ir al baño y salí de la sala de reuniones porque siendo realista no estaba con ganas de estar en la reunión, baje al piso de abajo y me metí en el baño, me lavé la cara y me mire en el espejo, llevaba puesta una playera blanca que decía "el mejor padre del año", me pase las manos por el cabello para intentar peinarme un poco y volví al piso de arriba, cuando volví para mi sorpresa y mi agrado la reunión ya había terminado, Adelina estaba parada en la puerta de la sala de reuniones y yo solo me dirigí a mi puesto designado en la sala de descanso, me mentalice para terminar lo que tenía que terminar, mi incentivo era que después de terminar con el trabajo podría usar a Lena con tranquilidad como llevaba haciéndolo toda la semana anterior, me concentré tanto en lo que tenía que hacer que no me di cuenta cuando Adelina se paró frente a mí, levante la cabeza y la mire, llevaba un traje formal y en las manos tenía más papeles.

— ¿Se le ofrece algo Srta. Gregson? — Inquirí volviendo mi vista a lo que estaba haciendo.

Me dejo los papeles sobre la mesa, yo rodé los ojos y luego la vi caminar a su oficina, antes de entrar se quedó parada frente a la puerta, como si de pronto se hubiese acordado de algo y volvió a caminar hacia mí. ¿Qué había pasado? no tenía ni la más mínima idea la verdad.

— Te invitó un café — comentó y tenía sentido recién eran como las 10 de la mañana, pensé en aceptar la verdad.

— Lo siento, pero tengo estrictamente prohibido ingerir café en la oficina — primera vez en toda la mañana que decía una coherencia y Adelina me miro como si no tuviera más remedio que aceptarle el dichoso café — No sé si sabe Srta. Gregson, pero la última vez le derrame un café a alguien por intentar llegar a la hora a una entrevista de trabajo — le recordé levantándome de mi asiento y mirándola, tenía los ojos cansados y unas ojeras que con mucho esfuerzo fueron intentadas de tapar con maquillaje.

— Y veo que te funciono bien — estaba seria, no sabía decir si estaba enojada o no, creo que era la conversación más formal que habíamos tenido— Pues hiciste llegar tarde a la persona que los entrevistaba — No podía dejar de mirar sus ojos, transmitían preocupación y desesperación.

— De haber sabido que era usted, seguramente no me hubiese acercado — le respondí en el mismo tono — ¿Usted me hubiese contratado de todas formas? — termine de decir bajando la cabeza.

— Si — había cierto tipo de sinceridad en la respuesta y note como sus ojos se apagan un poco más. Fue una respuesta simple, pero por algun motivo escuchar eso de ella hizo que el ego se me subiera un poco a la cabeza.

— Un solo café — sentencie aceptando porque tenía frío y me senté nuevamente en la silla — Y tengo que trabajar — miré los papeles que me había pasado recién, ella asintió y se dirigió a la cocina para luego volver con dos tazas de café recién hecho.

— ¿Cómo estuvo tu semana? — preguntó mientras dejaba las tazas sobre la mesa y se sentaba a mi lado.

— Bien con un poco de todo — no se si me queje o como pero el tono de voz me salió cansado, tomé una de las tazas — ¿Tú semana como a estado? — le di un sorbo, café negro sin azúcar me encanta.

— Con mucho trabajo — suspiró y se echó sobre la silla — Estoy hablando con los directivos sobre las Joyerías de tu padre — yo la mire — están aceptando, cuesta pero saben que es una buena idea — terminó de decir para luego tomar un sorbo de su café, hizo un gesto y luego lo dejo sobre la mesa — No tiene azúcar — comentó al aire.

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