Dear Future Husband [noren]

girl or boy?

Eran aproximadamente las siete de la noche cuando la enfermera fue a llevarle esa horrible, para el, cena que daban en el hospital. Mark le decía que eran tonterías de él porque la comida sabía muy bien desde su punto de vista, igual que en un restaurante. Pero Renjun se negaba a comérsela porque según él sabía a medicamentos.

-No sabe a medicamentos.

Renjun llevó su mano a su vientre antes de incorporarse y tomar la salsa que Mark le estaba aplicando a sus guisos, la olfateó y de inmediato la apartó con una mueca.

-Huele a medicamentos Hyung, ¿como no puedes sentirlo? El olor es fuerte.

Mark rodó los ojos y continuó comiéndose la comida sin ningún problema.

-Estás loco, de todos modos debes comer así que tápate la nariz.-lo señaló.-O algo así...

Renjun soltó una risa.

-El bebé hará que vomite.-suspiró.-El no quiere esto, no suelo ser inconformista pero el no la quiere así que no puedo hacer nada. Él manda.-se encogió de hombros.

Mark sonrió mirándolo con ternura.

-Te ves muy tierno, Junnie. ¿Habló con la enfermera para que traiga otro plato? Así vemos si no sabe a medicamentos.

Renjun lloriqueo acostándose.

-Pero yo quiero ramen instantáneo o bibimbap.-nada más pensar en eso lo estaba volviendo loco.-Necesito eso.

Mark miro su reloj y luego a Renjun.

-¿Contrabandeamos comida?

-¿Harías eso por mi?-pregunto emocionado.

-Claro, por ti, porque se lo prometí a Jeno y por mi futuro sobrino o sobrina.

Renjun sonrió viendo al mayor ponerse de pie.

-Espera un segundo, iré a ver qué tanta gente hay en el pasillo y luego vuelvo por mis cosas.-susurró.

Renjun asintió y sin más el mayor salió de la habitación.
No era que la comida de afuera estuviera prohibida pero había un horario específico además de que Renjun estaba bajo observación y no podía darse el lujo de comer lo que quisiera, o eso había dicho el doctor, él le pregunto a una enfermera muy amable llamada Jihyo y está dijo que definitivamente podía comer lo que quisiera siempre y cuando estuviera dentro de su dieta. Algunas cosas de las que "contrabandeaban" No eran específicamente sanas, pero eran lo que su bebé quería así que no había nada más que hacer que complacerlo.

Renjun decidió jugar en su celular mientras esperaba al mayor, minutos después la puerta de su habitación se abrió pero no levantó la vista pues estaba muy concentrado en conseguirle comida a su tiburón.

-Amores...

Inmediatamente al escuchar aquella voz apartó la vista de su celular, de hecho, este cayó de sus manos en la cama y sus brazos se extendieron en espera de un abrazo.

-¡Jeno!-gritó sonriendo.

El pelinegro llegó a él rápidamente con una sonrisa y lo abrazó con fuerza mientras respiraba su aroma, aún teniendo más de un mes en el hospital su aroma natural no se iba de él.

-Los extrañe mucho.-susurró antes de separarse e inclinarse hacia su panza.-¿Me extrañaste?

-Por supuesto que lo hizo.-sonrió cuando Jeno se incorporó.-El doctor dijo qué tal vez comience a moverse pronto.-soltó emocionado, había estado ansioso por decirle eso al pelinegro.

-¿Si?-acarició su mejilla, Renjun estaba incluso más gordito que hace casi tres semanas.-Ven aquí...

Lo atrajo suavemente y besó sus labios con lentitud, acariciando su mejilla con una de sus manos y la otra la dirigió hacia su espalda baja donde dejó una ligera caricia. Se separaron segundos después y las sonrisas en los labios de ambos no se borraban por nada del mundo.