Dear Future Husband [noren]

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-¿No te gusta?

-No.

Jeno soltó un suspiro mientras cerraba los ojos e intentaba llamar a toda su paz interna. Renjun estaba apunto de terminar su segundo trimestre y él estaba feliz pues ya sabiendo el sexo podían empezar a comprar las cosas para el bebé pero todo era tan difícil estando en el hospital y sin poder salir. Desde hace rato le había estado mostrando varias cosas para el bebé a Renjun, pero este solo las rechazaba sin siquiera echarles un vistazo, venía haciendo eso desde hace rato y las explicaciones para aquella actitud eran totalmente tontas para Jeno.

La primera era que estaba enojado porque en solo una semana y media había aumentado de peso, el bebé ya pesaba un poco más de medio kilo y según el "lo tenía gordo" pero eso no era lo que realmente le enojaba, sino que el doctor había dicho que su panza no sería grande y todo había terminado siendo una cruel y dura mentira.

La otra razón era que el bebé de verdad, realmente se estaba moviendo mucho. Incluso si a principios del sexto mes apenas daba pataditas ahora les había demostrado de que era capaz realmente.

-Junnie...-susurró.-¿Puedes mirarla? Esta cuna es muy linda en verdad.

Renjun tomó una respiración apartando la laptop de su regazo y miro al pelinegro.

-Lo siento, lo siento.-pasó sus manos por su rostro.-Es que... Me siento cansado de estar aquí, quiero irme a casa.-lloriqueo.

Jeno quería hacer algo por el, el también se estaba cansando de estar en el hospital, pero incluso si tenía que pasar los tres meses restantes en el hospital, lo haría, pues todo fuera por el bien del bebé y de Renjun.

-Bebé...

-¿Al menos podemos salir a tomar aire?-sus ojos se aguaron.-Quiero tomar aire y salir a caminar, siento que luego no podré porque estaré muy gordo...

-Junnie, los gorditos también caminan.-soltó con ternura sonriendo.

-No es gracioso.-susurró con un puchero.

-Ya amor, vamos a dar una vuelta mientras seguimos eligiendo las cosas para el bebé, ¿si?

Renjun sonrió y aún con sus ojos aguaditos Jeno pensó que su esposo era realmente muy lindo. Se puso de pie y justo cuando iba a ayudar al rubio la puerta se abrió mostrándole al doctor, el cual entraba con una gran sonrisa.

-Señores Lee, ¡Hay buenas noticias!

Jeno miro al mayor expectante, sin embargo, Renjun solo rodó los ojos, la única buena noticia que podría darle es que ya podría salir del hospital y dudaba mucho que eso fuera posible, pues en el transcurso de todo el quinto y parte del sexto mes se la pasó preguntándole al doctor cuando se iría pero nunca hubo una respuesta clara así que simplemente dejó de insistir.

-¿Si? ¿Qué sucede?-pregunto el pelinegro.

-Pues, ¿Quieres saber Renjun?

-Me da igual.-susurró concentrándose en colocarse sus pantuflas.

-Renjun...-reclamó Jeno apretando su muslo con suavidad y luego miro a doctor.-Díganos.

-Bueno, la buena noticia es que... Ya pueden regresar a casa.

Renjun lo miro de inmediato asombrado.

-¿Qué? ¿En serio?-soltó un jadeo.-¿Puedo regresar a casa?

El doctor le asintió con una sonrisa.

-Por supuesto. Obviamente se tendrán que mantener algunos cuidados pero él riesgo a que haya un aborto ha disminuido notablemente. Ya van a entrar al último trimestre y lo mejor para ambos es que estén en casa cómodos.