being parents

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Un mes después...


Renjun observó el reloj por quinta vez antes de soltar un suspiro y caminar hacia la ventana, corrio las cortinas y observó el lugar con detenimiento, justo cuando iba a tomar su celular para llamar nuevamente un auto negro bastante conocido para el estaciono en el jardín delantero. Entrecerrando los ojos tomó el bulto a su lado y luego al pequeño dormido en su coche para salir de la gran casa.

-Casi hora y media...-soltó siquiera antes de llegar frente al pelinegro.

-Ya se, la reunión se extendió.-dijo ofreciéndole una sonrisa mientras se acercaba y le quitaba el bulto del bebé en su hombro.

Renjun miro al más alto con el ceño fruncido antes de ofrecerle al bebé el cual fue recibido con gusto.

-Sabes lo nervioso que estoy, ¿cierto? Entonces llegas tarde.

Jeno estaba colocando al bebé en su lugar mientras Renjun se quejaba detrás suyo. Asintió mientras le sonreía al pequeño ya seguro en su lugar antes de girarse y mirar al rubio.

-No entiendo porque estás nervioso, solo iremos al hospital y luego a ver al abuelo, no es nada del otro mundo.

Renjun soltó un suspiro mientras negaba.

-No me gustan los doctores. Fue difícil adaptarme al que teníamos.-llevo sus manos al pecho del pelinegro mientras hacía un puchero.-¿No podemos quedarnos con ese?

Jeno soltó una risita mientras apartaba el cabello de su frente.

-No, porque el otro doctor era tuyo, este es uno especial para Haenul, Junnie.-susurró con calma.

Renjun hizo un puchero más marcado apoyando su frente en el hombro del más alto justo en el momento que un pequeño quejido se comenzó a escuchar. Ambos se apartaron para caminar hacia el menor.

-Hey, ¿Qué pasa?-pregunto Jeno entrando al auto.

-No te va a responder, Jeno.-susurró Renjun del otro lado quitándole el cinturón especial para bebés.

-Ya se, pero, ¿Me dejas hablar con mi hijo?

Renjun soltó una risa mientras tomaba al menor delicadamente en sus brazos.

-Vamos a llegar muy tarde al pediatra. Primero por tu papá y ahora por ti.-susurró mirándolo.

Jeno entrecerró los ojos antes de volver a tomar el bulto del bebé y girarse para entrar a la casa. Haenul realmente solía ser un niño bastante sencillo en el día, cuando se despertaba lloraba para que, o le dieran de comer o cambiaran su pañal, nada más.

Era el mejor niño del mundo.

Pero en las noches.
Haenul y una alarma podían fácilmente llegar ser comparados como iguales. Se la pasaba gritando y llorando, de alguna forma, desde el punto de vista de ambos, viendo que tan buenos eran sus pulmones.
Y no importaba, por más comida o cambios de pañales que tuviera la única solución parecía ser que Jeno lo tomara en sus brazos y lo arrullará mientras caminaba de un lado a otro. Y ojo, Renjun debía estar ahí, aún cuando no hiciera nada su presencia era más que vital. A pesar de que el bebé aún durmiera en la habitación de ambos, a él rubio le solía gustar escaparse a cualquier habitación de huéspedes y descansar lejos de ellos.

Si, todos esos cambios habían sucedido en tan solo un mes.

Aveces solía ser un tanto difícil ya que Renjun apenas y podía moverse con mucha agilidad y con Jeno yendo a reuniones de vez en cuando era ciertamente tormentoso. Pero aún así, con todos esos cambios extremos ambos reconocían que Haenul era lo mejor que les había pasado en la vida, cuando no lloraba o estaba enojado ambos solían quedarse como dos idiotas mirándolo fijamente mientras este dormia en su cuna.

Dear Future Husband [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora