Doce

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Al llegar a casa fui directo a mi habitación. Ahí lloré todo lo que me había contenido delante de Erick y Zabdiel. Y también lloré por lo que me habían dicho. Lloré porque tenían razón. Porque nunca podría estar con él y porque era tan egoísta de pensar en mí y no en lo que podría estar pasando él, o Yocelyn.

Más tarde, luego del lloriqueo, me puse mis pantalones de chica grande con la mente en un solo objetivo. Ser amiga de Richard. Me lo había dicho su Nana y tenía tanta razón. Debía apoyarlo en todo lo que estaba pasando y dejar a un lado mis sentimientos.

Por lo que le envié un mensaje a Richard.

¿Están en casa? Quisiera visitarlos.

Me respondió al instante.

Por supuesto, cabecita roja. Justo ahora necesito a alguien. Erick y Zab vendrán en un rato.

Me cambié de ropa y salí avisándole a mis papás que saldría con Richard para el trabajo en grupo. Una mentira a medias.

Tomé mi Vespa y fui a su casa. La única vez que había ido, él me había llevado, pero recordaba vagamente el camino. Estaba cerca de mi casa por lo que no me perdí y llegué en diez minutos. Cuando toqué la puerta, Mary me recibió con un abrazo y una sonrisa.

-Pasa, cariño. Richard te espera.

Entré e inmediatamente sentí el aroma de Richard. Quise cerrar los ojos y deleitarme en ese olor pero eso sería raro, por lo que caminé hasta llegar a la puerta de Yocelyn. Adentro escuché voces por lo que toqué un par de veces.

Richard me abrió la puerta. sonriendo.

-Cabecita roja -me dio un beso en la mejilla antes de despeinarme el cabello. Cuando entré, vi a Yocelyn cargando a Aaliyah y dándole su biberón. Me entristeció que ella no pudiera amamantarlo.

Me acerqué a ella para saldarla y ver a la pequeña bebé.

-Hola, Yoce -dije dándole un apretón en su hombro. Vi que sus dos brazos y muñecas tenían agujas, pero ella aún así cargaba a Aaliyah y sonreía como si nada.

-Hey, Ash -miramos a Aaliyah tomar su biberón. La bebé era tan hermosa que al instante empecé a hablarle como loca.

-Hola, bebé, ¿cómo etá la pequeña Aaliyah, eh? Qué coshita tan dicaaa.

Escuché la carcajada de Richard. No le hice caso mientras veía a la bebé intentar reír con el biberón en su boca. Lo soltó y extendió sus bracitos hacia mí. Lo miré sorprendida de que quisiera que le cargara.

-Tómalo, Ash, no muerde. -Yocelyn me extendió a Aaliyah y yo lo tomé con cuidado. Ella sonrió viéndome con su bebé.

Esto era tan agridulce e incómodo que aparté la mirada de Yocelyn y miré a la pequeña en mis brazos. Tomó mi cabello con sus manitos regordetas y empezó a enredarlo en sus manos.

-Ama tu cabello -dijo Richard mirándome sonriente. Sabía eso. Sabía que su bebé y él amaban mi cabello, pero me quedé callada y le sonreí de vuelta.

-¿Cómo estás, Yocelyn?

-Mucho mejor que hace rato, te lo aseguro, Ash. Estas cosas me fastidian, pero me hacen sentir mejor -respondió ella levantando los brazos señalando las agujas-. Es suero y morfina.

Alcé mis cejas sorprendida. Cuando mi abuelita estaba enferma y semanas antes de morir le pusieron esas dos cosas mediante esos tubos intravenosos.

Hice una mueca mirando a Richard. Él me devolvía la mirada, sus ojos concentrados en mí y en Aaliyah, nos miraba con ternura.

Yocelyn carraspeó llamando nuestra atención. Le hizo una seña a Richard para que se acercara a ella mientras yo bajaba la cabeza mirando a Aaliyah con el rostro sonrojado. Estaba avergonzada de que nos hubiera pillado mirando de esa forma.

Ni siquiera yo misma sabía de qué forma nos mirábamos.

Alguien salió del cuarto cerrando la puerta, levanté la mirada para ver que Richard ya no estaba. Miré a Yocelyn, quien me sonreía con complicidad.

-Quiero hablar contigo, Ash.

Le fruncí el ceño.

-Claro, ¿de qué?

-Sé que te gusta Richard.

Mi corazón empezó a latir con fuerza. Mierda. ¿Era tan obvia? Iba a negarle cuando sonrió con tristeza.

-Lo sé porque yo también tuve esa expresión en mi rostro cuando lo miraba.

-No sé de qué hablas...

Ella intentó levantarse y con las pocas fuerzas que tenía presionó un botón haciendo que el respaldar de su cama clínica se levantara.

-Oh, lo sabes muy bien, Ash. Y de eso quiero hablarte.

Por dentro me estaba muriendo.

Estaba segurísima que me gritaría y me botaría de aquí, por lo que dejé a la pequeña Aaliyah medio dormida en la incubadora que había en la habitación.

La arropé antes de voltear y mirar a Yocelyn avergonzada.

-No... yo... A mí no... -tartamudeé, pero ella me cortó.

-Sé que quieres estar con él. Veo que te estás enamorando.

No sabía dónde diablos meterme. Esta conversación era tan incómoda y se podía sentir el ambiente tenso. Estaba rogando para que Richard regresara, pero me di cuenta que eso sería más vergonzoso por lo que empecé a rogar para que no volviera.

-Yocelyn... no es lo que crees. Solo somos amigos -intenté explicar torpemente-. Yo no estoy enamorada de él. -solté una risita nerviosa.

Yocelyn entrecerró sus ojos.

-Yo sé muy bien lo que he visto, y me di cuenta de inmediato. No soy tonta, Ashley.










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N/a:

Oh, my God!

ʟᴀs ᴀᴍᴏ🥰💚

ℳ𝒾𝓃𝒾ℴ𝓃 𝒲ℴ𝓂𝒶𝓃💫💛

𝖤𝗋𝖾𝗌 𝖴𝗇 𝖢𝗅𝗂𝖼𝗁𝖾́ ✓|| ʀɪᴄʜᴀʀᴅ ᴄᴀᴍᴀᴄʜᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora