Las desventuras de Bolt y Mittens

[La lluvia atrae curiosidad]

(Lamento si Wattpad muestra el capítulo con guiones cortos, no sé porque le da por cambiarlos >:') )

Gris. Lluvioso, deprimente y gris día. ¿Y qué lo hacía más deprimente? Tener que ir a estudiar en un día así. ¿Es posible concentrarse sin dormirse en el intento? Obviamente no.

Lo mas gratificante de dias así, es cuando suena la campana que indica el regreso a casa.

Ese día para Mittens había sido muy largo y decepcionante, sin mencionar que Nick se había dormido en la clase de Matemáticas y por ende su única esperanza de distraerse o reírse de algo, al ver como habitualmente el pelinaranja se burlaba o hacía enfurecer al maestro se había ido por el caño.

Ella caminaba por los pasillos en dirección a la salida, sólo quería ir a su hogar, envolverse como un taco y dormir hasta la hora de la cena.
Sin embargo, para eso debía esperar un poco a que la lluvia bajara su intensidad, pues tampoco quería llegar empapada o casi desarrollando hipotermia.

Una vez en la salida, se sentó en una banca que estaba bajo una parte techada, dispuesta a esperar.
Seguido de eso bufó pesadamente. La pereza que sentía incluso la estaba convenciendo de quedarse dormida en esa banca, y poco a poco lo consideraba como una opción.

Echó su cabeza para atrás, recostándose en la banca, mientras que con su pie jugaba con el agua que se colaba en dirección a ella. Todo con un aura aburrida y simplona.

—Me deprimo con sólo verte—
La voz masculina la sobresaltó un poco, haciendo que levantara su cabeza en dirección al recién llegado. Al ver quién era, sonrío

—No molestes, Bolt— dijo volviendo a recargar su cabeza en el respaldo de la banca.

El mencionado sonrió levemente de lado, luego sacó unas llaves de su bolsillo y las agitó con su mano, captando la atención de la chica.

—¿Te llevo?— preguntó levantando un poco la cabeza, mostrando vanidad.

Ella no respondió, sonrió de igual manera que él y se levantó de la banca. Él tomó eso como un sí.

Juntos caminaron hasta el estacionamiento de la institución, dónde algunos ya se estaban yendo y otros aún bajo la lluvia charlaban animadamente.

Cuando ya no hubo techo que los cubriera, Mittens abrió su sombrilla, gesto que su acompañante imitó, mientras se dirigían al auto gris del chico.

Al estar de lleno bajo la lluvia, con su mano libre ella se abrazó a si misma a causa del frío, su mejor amigo lo notó, así que, aprovechando que ella estaba callada y parecía aburrida, no dudó en lanzar un comentario burlón.

—¿Quién te manda a ponerte shorts en un día así? — comentó tratando de no reírse.

Ella lo miró un tanto ofendida, pero en lugar de "decirle algo feo", se le ocurrió mejor atacarlo con otra pregunta.

—Igual se me ven bien, ¿verdad?— soltó con sonrisa ladina.

El peliblanco (que ya iba unos pasos adelante) paró en seco y analizó la pregunta, caminó un poco más llegando al auto y abriéndolo, dejando aún la pregunta en el aire.

Ella suspiró en aire derrotado, estaba consciente que no tenía las dotadas piernas de Judy o las curvas de Kiara, pero aún así, sabía que cada cuerpo tenía lo suyo.

Aunque en el fondo le dolía un poco el no recibir respuesta.

Su amigo se volvió a ella y la examinó con la mirada, en el fondo la pelinegra de avergonzó, pero obviamente no iba a demostrarlo. Finalmente él respondió.