Las desventuras de Bolt y Mittens

[Blanco, negro y luces rojas]

—Así que...¿Un admirador secreto?— Judy alzó una ceja, sonriendo con malicia y mirando a su amiga. La azabache asintió.

— ¿Al menos sabes quién es?— interrogó ésta vez Skye, tomando el sobre en sus manos, examinándolo.

—Para nada— Mittens le quitó el sobre —La ratita de Rhino me lo dio, asegurando que en su vida había visto al tipo— Más que un tono molesto, era uno desesperado.

Vamos, la chica juraba que ese día sería de lo más tranquilo, pero llegando al campus, uno de sus mejores amigos había llegado a darle un extraño sobre donde aparentemente la invitaban a una "cita", y al preguntarle de quien se trataba, el castaño le había respondido que no lo conocía. Obviamente la chica no le creía.

En ocasiones como esa, Rhino era tan sincero como un infiel tapando sus fechorías. Y eso era lo que la enojaba.

La invitación no decía mucho en sí. Solamente la citaba a una fiesta temática "un poco costosa", conteniendo lo usual, hora, fecha y código de vestimenta.

Claro, había llamado a sus amigos para "examinar" la propuesta. Por lo que ahora estaban en el comedor de su casa.

—Entonces... —la más baja de las tres llamó su atención —¿Irás a esa fiesta?—

Mittens miró a la ojivioleta y de su bolsillo sacó varios tickets de entrada. Skye casi se atraganta con su agua al verlos, sabía que esas cosas eran todo menos baratas, y que la chica tuviera mínimo 4 en la mano, le abrumó. La pobreza le respiraba en la nuca.

—Iremos— seria, puso las entradas en la mesa.

—¡¿Cuántas venían?!— exigió saber la albina una vez tragó el agua.

—Siete— respondió, tratando de ocultar su nerviosismo.

—¿Porqué tantas?— preguntó una muy sorprendida Judy mientras tomaba una de las entradas.

—Porque la ha observado— Jack Savage apareció en el panorama del comedor sosteniendo elegantemente lo que parecía ser un té.

—¿Porqué lo dices? — Skye se acomodó en su silla, esperando respuesta.

—Sonará pretencioso...— empezó, sentándose al lado de la pelinegra, mientras las tres chicas lo miraban con suma atención — Pero si descuentas la entrada destinada para ella, queda una para cada uno de nosotros.—

Mittens sonrió. Era justo lo que ella pensaba.

—Pero...¿porqué querría que fuéramos todos? ¿No se supone que es una cita?— a Judy eso le parecía un enredo medio sospechoso.

Sí a ella un extraño que podría ser un potencial Sugar Daddy del que no conocía ni la sombra le ofrecía una invitación así, obviamente no la aceptaría.

—Repito, la ha observado. Sabía que sí sólo era para ella, probablemente no iría por desconfianza, en cambio, el habernos invitado a nosotros también, es una táctica para que ella se sienta segura.

—Bien pensado...— Judy término de armar el rompecabezas en su mente —Es esta noche, debemos darnos prisa —aunque la peligris aún no le convencía del todo el asunto, estaba más tranquila yendo por si cualquier cosa pasaba.

—¿Al menos irá Rhino?— Skye miró a la pelinegra mientras jugueteaba con su vaso sin contenido.

—Extrañamente no. Cuando ví todas las entradas le llamé para invitarlo, y por alguna razón tiene "cosas que hacer" — respondió, mientras a lo último hacía comillas con los dedos.

Jack frunció un poco el entrecejo. Eso le daba mala espina.
—El enano sabe algo— soltó sin pensarlo.

Skye rió.
—¿Con que derecho lo dices tú, Cariño?— interrogó refiriéndose a que el moreno había utilizado el adjetivo "enano" (siendo que él no era muy alto).