[Detalles]

128 10 27
                                    

(Perdón si Wattpad les pone guiones cortos >:) )
---------

Cierto chico de cabello blanco caminaba por los pasillos de la vacía institución. A la distancia sólo podía escucharse el rechinar de las suelas del equipo de volleyball, el silbato del entrenador de fútbol y una que otra melodía proveniente del club de música en su salón.

Él caminaba en dirección a la enfermería; durante el entrenamiento del equipo de basketball, al intentar hacer un lanzamiento había resbalado, y como ese día el equipo optó por realizar la práctica en la cancha externa (la cuál tenía cierta textura granulada y unas hendiduras), al caer, su brazo izquiero y parte de su mejilla quedaron con raspones en múltiples lugares.
Aunque eso poco le importaba, él aseguraba que no le dolía para nada y podía seguir jugando, pero la entrenadora le había sugerido o más bien obligado a que se fuera a curar.

Durante su trayecto se preguntaba si la enfermera aún estaba ahí o ya se había retirado, si eso había ocurrido no le quedaba de otra más que curarse él sólo. En dado caso no sería la primera vez que lo haría, durante los entrenamientos dejaba salir su lado más competitivo, e incluso un tanto salvaje, por lo que los raspones y moretones no eran extraños para él.

Al llegar a la puerta y tomar el pomo de ella se percató de que estaba levemente abierta, lo cual era un tanto extraño, ya que la enfermera solía siempre mantenerla cerrada, y cuando atendía a alguien y éste se retiraba, le ordenaba que cerrara.

Un poco desconfiado la abrió, y se sintió un tanto aliviado al ver a la persona que estaba ahí dentro.

—¿Mittens? ¿Qué haces aquí?— preguntó curioso.

—Oh, no es nada— respondió ella despreocupada, volteando rápidamente su vista a él, sin realmente prestarle atención— Un pequeño accidente con un cúter, nada grave— contestó, a la vez que buscaba una curita.

—¿Cúter? ¿Qué estabas haciendo?— a pesar del estado en que él se encontraba (y que ella no había notado) realmente se preocupó ante la mención del objeto corto punzante.

—Intenté asaltar a alguien y salió mal— respondió irónica la pelinegra mientras se colocaba la curita.

—¡¿Qué hiciste qué?!— Bolt se sorprendió ante el comentario, y en el fondo, su pensamiento de que su mejor amiga era una delincuente en secreto, no pareció tan estúpido como él creía.

—Relájate, no te esponjes— respondió ella de manera desinteresada— Le estaba ayudando al club de arte con los escenarios para la obra de la próxima semana, había un cúter dónde puse mi mano y eso es todo, fin. Era pintar algo, no iba a negarme — término sin más.

Y no era por menos, durante la "etapa rebelde" de Mittens, ella solía escaparse de casa y hacer cosas de las cuáles su madre por ninguna circunstancia debía enterarse. En una de esas tantas escapadas, encontró algo que le llamó la atención y la enamoró: el arte urbano; comenzó a "rayar" paredes sólo por el simple hecho de mancharlas, pero poco a poco se dio cuenta de las increíbles cosas que se podían lograr con esas latas de aerosoles, por lo que a través del tiempo, había desarrollado la habilidad para el dibujo y la pintura.

—¿Y tú qué haces aquí? — preguntó al fin levantando su vista, y logrando ver al fin con atención la imagen de su amigo. Al hacerlo, su eterna mirada sarcástica se oscureció —¿Qué diablos te pasó? — preguntó molesta.

Un raro nerviosismo recorrió al peliblanco, por alguna razón, su mejor amiga se ponía histérica y molesta cuando él se lastimaba.

—Me resbalé — respondió apartando la vista. Evitando pelearse por algo absurdo.

Las desventuras de Bolt y MittensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora