Si no hubieran asesinado a Jhon F.Kennedy, es probable que yo no estuviera escribiendo esto.
Me explico:
Aquel día mi tío Manuel, el primo de mi mamá, la llamó para pedirle que lo acompañará a una cita. Iba a presentar a dos amigos suyos, la Guera y Esteban, y no le gustaba mucho la idea de hacer mal tercio. Mi madre era jovencita soltera que no tenía vida social precisamente vertiginosa, así que a falta de un mejor que hacer, Acepto completar el cuarteto.
Cuando mi tío Manuel pasó por ella, ya venían en el asiento de atraz Esteban y la Guera. Se dirigieron a una fuente de sodas, o alguno de esos lugares que se estilaban entonces, y mientras bebían malteadas y platicaban del clima, de los Beatles, o que se yo realmente de que platicaban, una televisión que había en el lugar les dio las noticias: acababan de asesinar a Jhon F.Kennedy.
A mi mama, a mi tío Manuel y a Esteban les causó la impresión que a cualquier gente normal le causaba saber que acababan de asesinar al presidente del que ya desde entonces era el país más poderoso del mundo.O sea,bastante,pero sin llegar al extremo de un colapso.Sin embargo,la Guera fue presa de un ataque de histeria similar al que debe haber sufrido Jackie. Con desmayo y todo. Así es que mi tio Manuel fue quien tuvo que regresarla a su casa a llorar en soleda,pues,aunque Esteban era su pareja en esa cita,era la primera y calcularon que aún no le correspondían esas atribuciones. Esteban y mi mama, quienes no se conocían y tampoco fueron tan sensibles a la noticia, se quedaron en el lugar terminando sus espesos brebajes. Platicaron, descubrieron que se gustaban y que, además, vivían en la misma colonia. El tio Manuel ya no regresó.
Esteban es mi papá.
En 1968, Esteban y Carmen, mis papás, se casaron. Se fueron de luna de miel a Acapulco y se abocaron de inmediato a la fabricación de mi hermano Luis Esteban, que nació el 6 de marzo de 1969. No conformes con ello,continuaron rápidamente con sus labores productivas y el 6 de marzo de 1970 nació mi hermana Carmen (Mis papás, evidentemente, no se rompieron la cabeza para escoger los nombres). En realidad no sabemos si mi hermana nació exactamente en esa fecha o mis papás decidieron suscribirla para ahorrarse una fiesta.
Pasaron siete años para que mis papás decidieran que con esos dos tenian suficiente descendencia. De manera que lo platicaron y tomaron la resolución de que mi papá se hiciera la famosa operación de control natal permanente.
Dos meses después mi madre notó que su organismo no presentaba el comportamiento periódico normal que debía presentar. Muy extrañada, claro está, fue y se hizo el examen. Al día siguiente el papelito aquel le dijo que estaba embarazada. Esto pudo haber convertido a mi padre en un Otelo furioso y ocasionar un caos marital, pero el, tranquilo, racional y pragmático como siempre, fue a reclamarle al autor de la operación de sus conductos deferentes. La explicación fue bien simple: poco después mis papás festejaron la operación.
El doctor debió haberles dicho que era necesario esperar a que los citados conductos se variaran.
Que bueno que se ahorró esa información. Que bueno que mis padres tenían la costumbre de festejar las cirugías.
Siete meses después, el 28 de diciembre de 1978, vine a dar al mundo, con el mismo aspecto de tamal coreano que suelen presentar todos los recién nacidos.
El doctor entró al cuarto cuando mi mama estaba todavía medio ida por la anastesia. Llevaba un bulto en sus manos envuelto en una cobija
-Aquí está su hijo- dijo sonriente.
Casi puedo imaginar la tierna mirada de mi mamá ante su pequeño y extemporaneo hijito, convertida en rictos de horror cuando el médico dejó caer el bulto al suelo y dijo: "Ay,perdón". Después, empezó a reírse y levantó del suelo el bulto que no era yo,sino un muñeco de trapo.
Son las desventajas de dar a luz en el Dia de los Inocentes para la madre víctima de doctores jocosos y también para el hijo. Cada vez que digo la fecha de mi cumpleaños es inevitable la exclamación:
—¡Aaaaay,eres inocente!
O aún más mal intencionadas:
—Dile a tu mamá que para broma fue de muy mal gusto.
Y eso último si molesta. Más molesta cuando uno se ha enterado de su origen que, en verdad, parece broma y que los condenados de mis hermanos tuvieron a bien confesarme durante alguna de aquellas noches donde aflora la sinceridad.
Yo,después de mucho meditarlo,estableci una respuesta estándar para decírsela a todo aquel que se burle o se sorprenda con mi historia:
—Mira—digo—,todo los demás quien sabe, pero lo que es yo,algo vine hacer a este mundo.
Creo que es cierto. Y sin embargo, no fue nada fácil irrumpir es una familia para ser,cómo el más chiquito, el consentido de los papás y, en consecuencia, el receptor de los celos infantiles de dos hermanos que, a pesar de sus nueve y ocho años respectivamente, aún eran muy inmaduros y se sentían menospreciados porque de pronto, la atención integra de todos los miembros de la familia,amigos y vecinos se centraban en "el bebé"
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Historia sobre un corazón roto..y tal vez un par de colmillos
RandomAlfaguara Juvenil M.B. Brozon