CAPITULO OCHO

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Ya era sábado.

Y cómo se los había pedido ayer, los chicos me trajeron a Quinton sano y salvo. Cenamos y lo llevé a su casa. 

Josh me aseguró que Quinton se había puesto la pomada, así que decidí confiar en él y sobre todo, en Quinton.

Los sábados cerramos temprano, y los domingos no abrimos.

Hoy no tenía ninguna cita en la agenda, así que podríamos cerrar más temprano de lo normal.

Eran las ocho de la mañana. Estaba platicando con Addison en la recepción, donde ella esta siempre. 

- ¡Nunca me avisas cuando van a entrar los chicos!- me queje.

- ¡Lo siento!, pensé que ellos ya no necesitaban autorización para entrar.

- No la necesitan, pero luego me agarran despistada...

Se abrieron las puertas de entrada, que quedan justo enfrente de la recepción.

Entraron Quinton y su madre.

- Buenos días, Aria.- me dijo su madre sonriente. Me gustaba que estuviera feliz, se veía que había sufrido mucho por Quinton.

- Buenos dias, señora.- respondi igualmente.

- Aquí te traigo al pequeño Quinton.

Reí por la cara de Quinton, era de indignación.

- Señora, mañana domingo no trabajo, pero podemos buscar alguna forma si quiere, o Quinton puede quedarse con usted.

La señora me miro con pena.

- Ay, querida, no sabía. Los domingos tengo que ir a cuidar a mi madre en su pueblo, y mi esposo trabaja.- la señora se veía realmente apenada.

- Oh, no se preocupe. Si quiere le puedo pasar mi dirección y que lleve a Quinton a mi casa, y ya en la noche lo llevo.

- Ay, hija, lo siento mucho. Es mucho trabajo para ti, ¿No?

- ¡No! No se preocupe, en verdad.

La señora miro a Quinton, que la miraba con una sonrisa cuadrada, la señora lo fulmino levemente con los ojos.

- Esta bien. Te dejare la llave donde siempre, regreso el lunes por la mañana.

La señora se despidió de Quinton, de mí y de Addison, que miraba la escena divertida.

- Al parecer el pequeño Quinton será mi hijo de ahora en adelante.- dije burlona.

- Cállate, Sophia. Que soy mayor que tú, dame respeto.

Addison solto una carcajada.

- Hablando de eso... ¿Cómo sabes mi segundo nombre, eh?

Quinton y Addison se miraron entre ellos.

- ¡Tú se lo dijiste!- regañé a Addison.

- ¡Lo siento! Él me pidió que le dijera algo con que molestarte, y lo primero que se me ocurrió fue eso, porque sé que lo odias.

- Si, S-O-P-H-I...

- ¡No te atrevas!

Después de un rato, al ver que definitivamente ya no iba a tener citas hoy, fuimos los tres a desayunar a la cafetería, para cerrar pronto.

- Quinton, las pastillas.- dije y las saqué de mi bolso, junto con una botella de agua. Sé las puse enfrente y se las tomo sin reclamar.

- Lo tratas como si fuera tu hijo.- dijo Addison.

Quinton la miro con el ceño fruncido.

- No es cierto.- dijo este.

- Que si.

- Que no.

- Que s...

- Bueno, ¿Quieren hacer algo hoy?- decidí interrumpir su pequeña discusión.

- Si quieren podemos ir a la plaza que esta aquí cerca a comer, o algo así.- sugirió Addison.

- Me parece una buena idea.

******************************

- Aria, ¡Es sábado! Déjame comer por lo menos una hamburguesa.

- ¡No Quinton!

- ¡Por favor! He comido lechuga toda la puta semana.

- Es porque tienes que comer sano.

- ¿Puedo pedir una hamburguesa con lechuga?

- Eso no cambia nada.

- ¡Joder!

Addison se carcajeaba mientras Quinton y yo peleábamos. Y no quería saber cómo íbamos a pelear cuando sus cambios de humor de los síntomas empiecen a llegar.

- Bueno ya, esta bien.

Después de unos segundos, un mesero llegó a la mesa.

- Hola, buenas tardes. ¿Qué desean para ordenar?

Oh por dios. Esta guapísimo.

- Eh....- Mierda, siempre me pasa esto cuando me pongo nerviosa.

- Queremos tres hamburguesas con lechuga, por favor.- interrumpió Addison, para que yo no pasara pena. 

El chico sonrió.

- De acuerdo, en un momento se las traigo.

JODER.

- ¿Todo bien, amiga?- pregunto Addison burlona.

- ¡Sí! Addison, ¿Lo viste?- susurré para que solo Addison lo escuchara, pero Quinton me miraba con una ceja alzada, como siempre.

- Lo ví, esta que te cagas.- respondió ella.

Quinton solo hizo una cara de asco.

Después de un rato, llegó el mismo chico a entregarnos la comida.

- Aqui tienen.

- ¡Gracias!, oye, mi amiga quiere saber como te llamas.- JODER ADDISON. La voy a matar.

Quinton abrió la boca sorprendido.

El chico rio un poco.

- Jaden, mucho gusto, linda. ¿Cuál es tu nombre?

Quinton volvió a hacer la misma cara de asco, pero más discreto.

- A-ar....

- Aria, ese es su nombre.- volvió a responder Addison.  Jaden volvió a soltar una pequeña risa.

- De acuerdo, Aria. Espero que les guste la comida, cualquier cosa, voy a estar por allá.- dijo, me guiñó un ojo y se fue.

- ¡Ostia!

- Que puto asco.

- ¡Aria! ¿Por qué no respondiste? ¡Estaba coqueteando contigo!- Addison me dió un golpe en el brazo.

- ¡Me puse nerviosa!

- ¿No que no querías un novio?- preguntó Quinton mientras quitaba discretamente la lechuga de su hamburguesa y la ponía en mi plato.

- Exacto, no lo quiero. Y tampoco quiero tu lechuga, cométela.- respondí y lad a su plato. Quinton solo bufó.

changes ♡ [quinton griggs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora