CAPITULO VEINTITRES

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Los chicos me habían obligado a desayunar. No tengo nada de apetito, jamás había estado tan triste y caída en mi vida.

Lo extraño tanto, lo necesito. Necesito estar con él, decirle que lo quiero, que me gusta, que no me deje.

No nos dejaban entrar a verlo, ya que por ser el primer día en coma, esta muy débil.

El doctor nos dijo que la coma duraría aproximadamente un mes, pero obviamente nada era seguro, solo eran suposiciones.

Un mes sin Quinton, un mes en donde él estará dormido. 

Los chicos habíamos estado ahí toda la mañana, Addison se fue al consultorio, le quise dar el día libre, pero ella no quiso, ya que realmente necesita estar ahí. Los enfermeros estarían haciendo mi trabajo.

- Quin es muy fuerte.- dijo Josh sonriendo, pero con los ojos hinchados de tanto llorar, al igual que todos. Sobre todo yo.

En ese momento, los padres de Quinton llegaron corriendo, ya les había llamado.

Ambos estaban llorando, y en cuanto la madre me vió, corrió hasta mi abrazándome. Y no pude contenerme, volví a romper en llanto.

- Lo siento mucho señora... No pude...

- No me digas nada, lo entiendo. Bueno, no lo entiendo, pero luego ya me contaras lo que paso.

Asentí, sentía tanta pena con ellos, sentía que les había fallado.

Todos nos sentamos en la sala de espera, ahí habíamos estado todo el día.

El doctor llegó hasta nosotros al ver que los padres de Quinton habían llegado.

- ¿¡Cómo esta mi hijo!?- preguntó la madre histéricamente, ya le había dicho por teléfono que Quinton esta en coma.

- Su hijo esta bien, pero no puede recibir ningún tipo de visita hasta mañana. Es preferible que no haya un aire pesado cuando entren con él, me refiero a que no haya tanto ruido, por eso podrán pasar máximo dos personas.

Los señores asintieron. No podían hacer nada.

La señora devastada volvió a sentarse junto a mí.

**************************

Ya había anochecido. Los chicos se fueron a sus casas, me quedé con la madre de Quinton, su padre fue a descansar a su casa, ya que recién llegaba de un viaje de trabajo.

- ¿Entonces te gusta mi pequeño?

La señora y yo habíamos estado platicando toda la tarde, le había confesado que Quinton me gustaba mucho, y ella estaba totalmente enternecida.

- Quinton siempre me habla muy bien de ti, te quiere mucho. 

Mi corazón comenzó a latir feliz, tenía tantas ganas de verlo, de abrazarlo.

- Cuando Quin despierte, hazle saber de tus sentimientos.

Sonreí tímida.

- Sí lo había pensado, pero me da un poco de miedo que me rechace o algo así, y que nuestra amistad cambie.

La señora soltó una pequeña risa.

- Linda, eso no va a pasar.

Su mirada se veía muy segura, así que me hizo sentir segura a mí.

Ya eran las dos de la mañana, y la señora comenzaba a bostezar.

- Vaya a dormir, por favor.

- No, no, me quedare aquí.- volvió a bostezar.

- Señora, por favor. Yo me quedare aquí.

- No hija, ¿Cómo crees?

- Lo digo en serio, vaya a descansar.

- De acuerdo, pero tu también ve a tu casa.

Negue.

- Yo puedo quedarme aqui.

- Aria, no podrás dormir bien aquí.

- No se preocupe. Ni loca me muevo de aquí.

La señora me sonrió con los ojos cristalizados, se despidió de mi abrazándome con fuerza, y luego se fue cabizbaja.

Me hice bolita en la silla, los doctores desde hace rato me habían traído una manta y almohadas, porque les había dicho que yo no me movería de aquí.

Puse mi cabeza sobre mis rodillas, y comencé a sollozar. No sé cómo aún quedan lagrimas en mi cuerpo, en verdad no hay manera de explicar cuánto había llorado.

*****************

Desperté por los fuertes rayos del sol en mi cara, había dormido en una silla, mi cuerpo dolía horrible.

Me estiré y tomé mi teléfono, son las siete de la mañana.

Tenía mensajes de todos, incluyendo de trabajadores y enfermeros del consultorio, deseando la mejor de la suerte para Quinton. Todos habían notado el amor que tengo por él, Addison me había contado ayer por la noche mientras hablábamos por llamada.

Corrí hacia la recepción.

- Aria, buenos días.- me dijo la recepcionista muy amablemente.

- Buenos días, quería saber si... De casualidad ya podía pasar a ver a Quinton.

- El doctor me dio informes de que solo familiares pueden pasar en la mañana, sus amigos en la tarde. ¿Eres su amiga, no?

- No, él es mi novio.

Y eso, eso me salió del corazón, sin pensarlo.

- ¡Oh! ¡No lo sabía! En ese caso, supongo que sí puedes pasar.

Le agradecí felizmente. AL FIN IBA A VERLO.

Caminé por los pasillos, buscando el cuarto. Pero antes me encontré con el doctor.

- ¡Aria! Buenos días.- ya todos parece que me conocen por haber dormido aquí y negarme a irme.

- Buenos días, ¿Me puede guiar a la habitación de mi novio?

ESO SE ESCUCHA TAN HERMOSO.

El doctor me miro sorprendido, tampoco sabia que era mi novio, pues porque... No lo es.

- Acompáñame.

Llegamos.

- Él puede escucharte, háblale, eso le ayudará mucho a comenzar a ubicarse.

Mis ojos brillaron, asentí.

El doctor se fue, y yo respire hondo antes de entrar. Estaba lista.

Abri. 

Quinton estaba en la cama, con los ojos cerrados, y muchas cosas inyectadas por el brazo, tenia una mascara que le ayudaba a respirar.

Me senté en una silla que estaba cerca de la cama.

Tomé su mano y la comencé a acariciar. Estaba orgullosa de mí, estaba siendo muy fuerte, y eso lo transmitiría a Quinton.

- Hola, guapo. ¿Sabes? Me haces muchísima falta, pero pronto estaremos los dos juntos.

Se sentía tan raro hablarle y que no me respondiera, pero mi corazón me decía que siguiera hablándole.

- ¿Te cuento un secreto?- dirigí mi mano a su rostro, acariciándolo, como a él le gusta.- Me gusta mucho alguien, ¿Quieres saber quien es?

Sentí como mis ojos comenzaron a cristalizarse de nuevo, en verdad me dolía mucho verlo así.

- Eres tú, bebé. Me gustas muchísimo. No puedo esperar a que despiertes para decírtelo de nuevo, y darte muchos besitos.

Me acerque a el, y bese su mejilla.

Aún tomando su mano, recosté mi cabeza en la cama, acariciándolo y contándole cosas. 

Lo necesito tanto.

changes ♡ [quinton griggs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora