el olor a ropa, el crujir de las hojas bajo sus pies, la brillante luz de la mañana. todo le trajo sombras de recuerdos, unos que apenas podía distinguir debajo del velo en su mente, pero un sentimiento profundo en su estómago le dijo que todo esto...
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" Un anhelo se apodera de mí de morir y ver las orillas del Aqueronte cubiertas de loto y cubiertas de rocío. "
Era un hermoso día. El sol brillaba, una brisa sacudía suavemente los árboles por encima de ellas y el dulce sabor de las manzanas permanecía en sus labios. Para el fin de semana largo, decidieron viajar a Pyeonggwang para finalmente recolectar manzanas. Ninguna de las dos lo había hecho antes, pero Soojin insistió en que sería divertido. Había visto un programa una vez y ya tenía recetas planeadas para toda la semana.
Shuhua estaba segura de que se cansaría de las manzanas en unos días, pero nunca le diría eso a Soojin, especialmente después de enterarse de su quinta receta nueva de pastel de manzana del día. Aún así, fue lindo verla tan emocionada por algo.
Después de un largo día de recolección, estaban descansando bajo un árbol en lo profundo del huerto, rodeadas de nada más que el cielo y la tierra. Eran las últimas que quedaban en la arboleda, ya que las familias y las niñas pequeñas que se habían unido a ellas ya se habían ido a casa por el día. Era pacífico así, solo estar aquí con Soojin.
ー¿Cómo llaman a esto en el mundo del arte? No recuerdo la palabraー, dijo Shuhua mientras Soojin le quitaba un cabello suelto de los ojos. había estado apoyando la cabeza en el regazo de Soojin, disfrutando de los últimos rayos de sol antes de que se hundiera en el horizonte, y la mayor tenía la espalda apoyada contra el árbol.
ー¿Llamar a qué?ー Soojin preguntó, la esquina de sus ojos se arrugó en una sonrisa. había olvidado su protector solar hoy durante su carrera hacia el tren, y la quemadura rosada en sus mejillas la hacía lucir más joven de lo normal.
ーEsto. ー enfatizó Shuhua, señalando hacia el huerto teñido de amarillo. Era casi la puesta del sol, y la luz dorada hizo que el follaje brillara con un resplandor mágico. Shuhua todavía no estaba tan versada en el mundo del arte como quería, pero sabía que había una palabra para la escena que las rodeaba. Ella simplemente no podía recordarla.
ーHmm… ¿Rústico? ¿Pastoral?... ¿Bucólico?— Soojin ofreció después de un momento, nunca decepcionando a Shuhua con su conocimiento.
ーBucólico. Eso es todoー, dijo Shuhua con un asentimiento perezoso mientras enterraba aún más la cabeza en el regazo de Soojin. Había algo encantador en este momento, solo ellas dos entre los árboles. Le recordaba las obras de arte que Soojin le había mostrado una vez, de valles dorados y ríos en forma de meandro.
ーQuiero pintar esta escenaー, susurró Soojin para sí misma después de unos momentos de silencio pacífico.
ー¿En serio?ー Shuhua se sorprendió. Soojin no había hablado de pintura durante meses. Le preocupaba que su novia hubiera perdido la chispa, pero la sonrisa pacífica en el rostro de Soojin la hizo sentir mejor.
