el olor a ropa, el crujir de las hojas bajo sus pies, la brillante luz de la mañana. todo le trajo sombras de recuerdos, unos que apenas podía distinguir debajo del velo en su mente, pero un sentimiento profundo en su estómago le dijo que todo esto...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tan pronto como se despertó, Shuhua comprobó una y otra vez a qué hora abriría el museo en su teléfono. Era domingo, por lo que los horarios eran ligeramente diferentes al resto de la semana, pero estaba agradecida de que todavía estuviera abierto; no tendría paciencia para esperar hasta el lunes. No había vuelto a dormir bien, pero esta vez por emoción y no por desesperación. Sabía dónde trabajaba su mujer misteriosa, y solo sería cuestión de tiempo antes de que también descubriera su nombre. Después de eso, tal vez podría reconstruir su vida y recuperar algunos de sus recuerdos perdidos. Era una posibilidad remota, pero algo en su interior le decía que ese era el camino correcto a seguir.
Exactamente a las diez de la mañana, atravesó las puertas principales del museo mientras el guardia de seguridad las abría para el día. Él le dirigió una mirada extraña cuando ella entró, siendo la única invitada tan temprano un domingo por la mañana, pero ella lo ignoró. Tenía una misión y nada la detendría. Hubo algunas exhibiciones de temporada anunciadas con carteles detrás de la recepción, así como solicitudes de voluntarios para trabajar en eventos de verano en el museo.
Se puso el pin de visitante en el suéter y salió a buscar en el museo a la mujer en la que no podía dejar de pensar.
Shuhua deambuló por los pasillos del museo, pasando por varias instalaciones y piezas de arte que apenas podía comprender. Nunca fue una gran fanática del arte moderno, y las extrañas piezas del museo no la estaban haciendo cambiar mucho de opinión. Sus gustos artísticos eran más clásicos, al igual que su gusto musical. Podía apreciar mucho más una pintura barroca que una extraña muñeca que parecía hecha con botellas de soju rotas. Tal vez ella simplemente no era lo suficientemente inteligente para entenderlo… y estaba bien con eso.
Pasó por la siguiente galería, esta vez rodeada de varios televisores viejos que mostraban diferentes videos de deforestación y arrecifes de coral en retroceso. Podía entender fácilmente la razón detrás de la pieza, pero realmente se sentía como si la estuviera golpeando en la cabeza con las imágenes. ¿Estaba la sutileza muerta en estos días?
Mientras pasaba junto a más estatuas grotescas y montones de ropa al azar, Shuhua escuchó un fuerte jadeo detrás de las puertas de la galería y algo le dijo que acababa de encontrar a la persona que estaba buscando. No pudo evitar que la sonrisa se extendiera por su rostro al pensar en volver a encontrarse con la misteriosa mujer. Se preguntó qué cosas nuevas aprendería sobre ella hoy.
Shuhua empujó las puertas, ignorando el cartel de ーSolo para empleadosー, y fue testigo de una figura encorvada que maldecía mientras intentaba levantar una caja pesada del suelo. La mujer había estado tan concentrada en sus intentos de levantar que ni siquiera notó a su visitante hasta que Shuhua agarró el otro lado de la caja y la ayudó a llevarla al estante al que se dirigía originalmente.
La mujer se apartó mechones sueltos de cabello de la cara y dejó escapar un suspiro de alivio mientras se apoyaba en los estantes, mirándola con una sonrisa cansada pero divertida. Se tomó un momento para arreglar su cola de caballo y enderezar su chaqueta.
