el olor a ropa, el crujir de las hojas bajo sus pies, la brillante luz de la mañana. todo le trajo sombras de recuerdos, unos que apenas podía distinguir debajo del velo en su mente, pero un sentimiento profundo en su estómago le dijo que todo esto...
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ー¡Dale un poco de espacio!
ー¿Se golpeó la cabeza?
ーSeñorita, ¿está bien?
Shuhua parpadeó un par de veces, la brillante luz del sol de la mañana la cegó por un momento mientras trataba de orientarse correctamente. Había fuertes voces rodeándola, pero no podía entender por qué.
Se sentía como si acabara de despertarse de la siesta más relajante de su vida, pero en lugar de encontrarse en su cama, estaba acostada en un piso frío y duro. Sus extremidades se sentían pesadas, las puntas de sus dedos hormigueaban y todo parecía estar girando. Alrededor de una docena de rostros borrosos la miraban, pero sus ojos aún no podían enfocar. El pánico comenzó a cernirse sobre ella, haciéndole difícil respirar. Incluso después de cerrar los ojos, esperando que todo esto fuera solo una mala pesadilla, las voces agitadas a su alrededor no desaparecieron.
Obligándose a sí misma a abrir los ojos de nuevo, Shuhua logró ahogar algunas palabras mientras su cabeza daba vueltas. ー¿Dónde estoy?
ー¿Disculpe?ー Respondió una voz profunda, pero no pudo averiguar qué persona en la multitud sobre ella había hablado.
ー¿Qué está pasando?ー Preguntó de nuevo, cada vez más ansiosa.
ー¿Alguien puede traducir?ー Dijo otra voz en la multitud, mucho más aguda que la anterior.
Shuhua se dio cuenta después de unos momentos de que las personas a su alrededor estaban hablando en coreano, pero su cerebro semiconsciente de alguna manera había vuelto al mandarín cuando entró en pánico. Ella debe haber estado balbuceando incoherencias en mandarín por un tiempo. No es de extrañar que ninguna de las personas que la rodeaban supiera qué hacer.
ーLo siento lo siento. Sé coreano. — Shuhua gimió, notando finalmente el dolor en su espalda y hombro al golpear el suelo. Su visión finalmente estaba regresando y se dio cuenta de que estaba acostada en el piso de un vagón de tren. Los colores y el diseño del vagón del tren parecían familiares, pero aún le costaba entender por qué estaba allí.
ー¿Necesitas ayuda para ponerte de pie?ー Alguien preguntó, y Shuhua asintió con la cabeza. Ahora podía ver mucho más claro, y la extraña sensación en sus extremidades se había desvanecido hasta convertirse en un dolor sordo.
Una amable abuela sostuvo con cuidado su codo mientras un estudiante de secundaria la ayudaba a levantarse y moverse para sentarse en el asiento para discapacitados del tren.
ー¿Se golpeó la cabeza, señorita?ー Preguntó el estudiante, la preocupación era evidente en sus ojos. Debe haberla visto colapsar, se dio cuenta Shuhua.
ーYo no-yo no lo creo?ー no estaba tan segura. No le dolía la cabeza, pero sus pensamientos estaban revueltos. No estaba segura de cómo había llegado a este tren y todos sus recuerdos recientes parecían borrosos. Se preguntó qué tan fuerte había golpeado el suelo.
