el olor a ropa, el crujir de las hojas bajo sus pies, la brillante luz de la mañana. todo le trajo sombras de recuerdos, unos que apenas podía distinguir debajo del velo en su mente, pero un sentimiento profundo en su estómago le dijo que todo esto...
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Shuhua no estaba segura de cómo sucedió, pero pronto se encontró debajo de Soojin, con mullidas almohadas debajo de su cabeza y suaves sábanas rozando su piel. Soojin ya se había quitado la camisa y estaba desabrochando la blusa de Shuhua mientras besaba su cuello hasta el arco de la clavícula. ella dejó marcas, dejando en claro que quería que Shuhua recordara esto mucho después de que terminaran.
Sus dedos trazaron las curvas de la menor, como una artista admirando una estatua. Sus labios dejaron un rastro caliente desde el valle del pecho de Shuhua hasta la punta de su ombligo. La veneración ardía en los ojos de Soojin cuando se encontraron con los ojos ajenos, y Shuhua hizo todo lo posible por calmar su acelerado corazón. Nunca nadie la había tratado así antes, con tanto cariño y cuidado.
Soojin dejó un solo beso en el punto sensible sobre su cintura antes de volver a su posición sobre Shuhua, juntando sus caderas y enredando sus piernas. Su peso se sentía tan bien, y Shuhua sabía que sentiría el fantasma de su toque incluso después de que se separaran.
ーSabes a lavandaー, murmuró contra la curva de su cuello, y Shuhua no pudo evitar temblar. Ella había usado su perfume favorito antes de su cita, el mismo aroma que Soojin dijo que le resultó familiar durante su fiesta de pijamas. Se preguntó si Soojin también notó eso; tuvo la sensación de que lo hizo mientras tarareaba alegremente contra el cuello de Shuhua.
La boca de Soojin finalmente volvió a sus labios y la menor trató de verter todo lo que sentía en su beso, la conexión más pura que jamás había sentido en un mundo de estática y borrosidad. Shuhua se sintió dejarse llevar, hundiéndose en la calidez del toque de Soojin. Lo único que existía en este océano oscuro, lo único que importaba, era Soojin. La boca de Soojin y sus manos. Los muslos de Soojin que calentaban los suyos y su cabello donde los dedos de Shuhua estaban entrelazados.
la coreana la trató con tanto cuidado y se sintió tan natural estar entrelazada con ella de esta manera. Una de las manos de Soojin se presionó contra la nuca de su cuello, empujándola más profundamente en el beso. Shuhua se perdió en el toque, perdida en Soojin.
Los recuerdos se entrelazaron con la realidad mientras se besaban, y la línea comenzó a desdibujarse mientras la mente de Shuhua vagaba.
La mujer curiosa le sonrió mientras jugaba con su pajita. ー¿Shuhua? Ese es un nombre muy lindo.
Shuhua no pudo evitar devolverle la sonrisa. La mujer no tenía miedo de coquetear, incluso frente a sus amigas en común que estaban sentadas en el otro extremo de la mesa. No es que le importara mucho, ya que su mundo ya se había reducido a la mirada juguetona que la observaba con expresión curiosa.
ー¿lo es?ー preguntó Shuhua, inconscientemente inclinando su cuerpo más cerca de la mujer para poder escucharla mejor por encima de la música alta del bar.
ーUn lindo nombre para una linda persona.ー La actitud directa de la mujer fue refrescante, y Shuhua no pudo evitar caer un poco.
ーSi esa es tu lógica, eso significa que debes tener un nombre hermosoー, respondió Shuhua coqueteando, y la contraria pareció complacida por su respuesta.
