Aceleré el paso ignorando a Dani, pero me alcanzó. Me agarró del codo y al girarme hacia él lo primero que hice fue soltarle una bofetada, intenté soltarme de su agarre pero Dani me abrazó y yo acabé cediendo.
Dani- Perdóname pequeña, no se que me ha pasado... Me he imaginado a Héctor, ahí... Y me he puesto muy nervioso, no soporto que te hagan nada pequeña aunque luego sea yo el primero que te haga daño -hubo un silencio -te quiero.
En cierto modo me gustaba que Dani se preocupara tanto por mí, pero su reacción no había sido la mejor.
(Tn)- Héctor está en el hospital -le miré a los ojos aun abrazada a él -le has roto la nariz.
Dani- Se lo merecía, y poco le he hecho.
(Tn)- Dani... Sabes que Héctor es importante para mí por mucho que me haga.
Dani- Lo sé y me revienta.
(Tn)- Vámonos a mi casa, hoy duermes conmigo.
Dani- ¿De verdad? -me sonrió pícaramente.
(Tn)- No te flipes que no vamos a hacer nada.
Dani- ¿Ni un poquito? -bajó su mano a mi culo.
(Tn)- Ni un poquito -le di un manotazo en su mano y la quitó de mi culo.
Dani- ¡Ey Jesús! Que me voy con esta fea a dormir.
(Tn)- Uy... Tú aún duermes en la calle.
Jesús- Venga tortolitos, portarse bien eh.
....................
Me fuí a levantar, pero unos brazos me lo impedían, que dolor de cabeza. Me giré y me encontré con la mirada de Dani.
Dani- Buenos días -me dió un beso en los labios -mi niña.
(Tn)- Buenos días, ¿vamos a desayunar?
Dani- Te me voy a desayunar a ti -empezó a meter su mano por mi pantalón de pijama -ahora mismo.
(Tn)- No veas como está el niño, -reí -saca la mano de ahí ya, ¿estás necesitado o que?
Dani- Muchísimo.
(Tn)- Pues recurre a tu manita.
Dani- ¿Me la haces tú?
(Tn)- ¡Más quisieras!
Dani- Joe illa...
(Tn)- Venga vístete que ha llamado tu hermano, que a las doce os volvéis para Sevilla.
Dani- ¿Ya? Joder -se acurrucó en mi pecho -no me quiero volver a separar de ti, vente conmigo -sonreí, porque Dani no sabía que en menos de lo que el se pensaba iba a estar otra vez ahí con ellos.
(Tn)- Venga tontito, levántate.
Pasamos la mañana haciendo tontadas, a las doce vino un coche a recoger a Dani, nos despedimos y se fué. Entré dando saltitos en casa, que ganas tenía de volverme a Sevilla.