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El sol entraba por el gran ventanal de aquel lugar, por lo que se vio obligado a parpadear varias veces. Todo era tan blanco que era enfermizo.

Trato de mover su cuello pero este dolió horrores a lo cual llevo su mano derecha a la zona adolorida, y en ese instante noto la larga sonda que colgaba de su mano y se alargaba hasta el carrito donde varios sueros colgaban y goteaban en conjunto. Suspiro y escucho como la puerta se abría y una figura masculina apareció en su campo de visión.

— Pequeño Niall.

La mención de su nombre le llamo la atención y se dio cuenta de que era el doctor Styles, el hombre que lo conocía desde que era un feto y mejor amigo de su padre. Su cabello castaño rizado estaba por debajo de sus hombros; el era un hombre muy elegante. Sus ojos color esmeralda lo miraban con tristeza y ¿enojo? Mientras anotaba algo en su hoja de historia clínica.

— Niall eres un gran chico y eso siempre te lo he dicho — se sentó en la esquina de la camilla. — Se por lo que estás pasando... se que duele, a mi también me duele, perdí a mi mejor amigo — sintió como las lágrimas querían salir de sus ojos. — Me tienes a mi, a tu hermano, no estás solo, Niall.

— Mi vida es un desastre, tío Harry... pero yo...— iba a continuar cuando la puerta se abre de golpe y su hermano Greg entra apurado a la habitación.

Su camisa blanca estaba fuera de su esmoquin, su corbata estaba mal amarrada. Y su cara... estaba demacrada dando a notar que no había dormido en días, cargada de unas grandes bolsas negras bajo sus ojos.

— ¡Niall!— tiro su maletín al suelo y se acercó rápidamente al rubio para abrazarlo.

No pude ni moverse, sus brazos lo envolvieron por completo y el típico olor de su perfume inundó sus fosas nasales haciéndolo estornudar.

— No sabes el miedo que sentí, Niall — su voz se quebró y el solo bajo la mirada. — Sentí que te perdía, fue lo peor del mundo tener que bajarte de ahí y cortar esa soga de tu cuello, hermanito — lo tomó de ambas manos y sonriendo una lagrima brotó de sus ojos. — Nunca me dejes, no tu... te necesito mucho.

Niall voltea hacia un lado y el doctor Styles observaba conmovido la escena. Su hermano se dio cuenta de su presencia y rápidamente se secó las lágrimas y miro hacia el.

— Harry — ambos estrecharon sus manos. — Gracias por atender y estar al pendiente de mi hermano todo estos días.

¿Días? ¿Hace cuanto tiempo que estaba en ese cuarto de hospital?

— Nada de que preocuparse, Greg — le dio una sonrisa ladina. — Saben que pueden contar conmigo para lo que sea, somos familia.

— ¿Ya me lo puedo llevar a casa? — pregunto Greg a lo cual el doctor Harry asintió.

— Claro que si, Niall ya no corre ningún peligro — agarro los papeles y miro una vez más a los sueros. — ¿Quieres que mande a que te traigan el desayuno, Niall?— le pregunto a lo cual Niall negó, no creía poder tragar nada.

— No gracias — el asintió.

— Bueno iré a hacer todo el papeleo y llamaré a las enfermeras para que te quiten la intravenosa — dicho esto camino hacia la puerta y salió de la habitación.

Luego de unos momentos Greg rompió el silencio.

— ¿Porque lo hiciste, Ni? — la voz de su hermano se escuchaba triste. — ¿Porque quisiste dejarme tu también? Dime lo que quieres y yo iré hasta el fin del mundo y te lo traeré. Con tal de que... de que así seas feliz.

— Quiero a mamá y papá devuelta — soltó sin más. — Los necesito, necesito los consejos de papá, los regaños de mamá todas las mañanas— su hermano bajo la mirada y negó lentamente.

El psicólogo |Shiall|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora