El día de mi viaje se puede resumir en cuatro cosas:
- Lágrimas.
-Discusiones.
-Despedidas dramáticas.Y sobre todo :
-Estrés.Diez horas de viaje, dos horas de espera para tomar un segundo avión y por último otras dos horas en el auto que rento mi padrastro para llevarnos a nuestro "nuevo hogar". Para cuando llegamos mi trasero que de por si ya era mas plano que una pared y cada parte de mi cuerpo parecía haber sido golpeada y apaleada.
Lo siguiente que hice por los dos días posteriores a mi llegada a Londres fue tirarme a llorar como una princesa Disney por cada rincón de la casa porque una vez que naces dramática no hay manera de que se te quite. No tuve conexión a Internet durante una semana y para una chica de la generación Z que además andaba soltando las pantaletas y suspirando por un chico que se encontraba a miles de kilómetros, esa semana pareció una eternidad.
La tortura terminó cuando logré acceder a la red wifi de mi vecina del piso de abajo, yo como toda adolescente emperrada hasta el último pelo por ese chico de lunares y linda sonrisa no pude evitar llamarlo prácticamente de inmediato. Con cada repique del teléfono mi corazón daba un salto pero cuando él finalmente contestó y su voz lleno una vez más mis sentidos todo el mundo pareció borrarse a mi alrededor. Dejaron de importar los kilómetros, las noches sin dormir y de un momento a otro todo volvió a girar en torno a él y ese simple "Hola"
- Dios, no sabes lo mucho que te extraño - solté tan precipitada que no me dio tiempo de pensar mis palabras.
Una risa, un suspiro y las palabras que más ansiaba escuchar.
-Yo también te extraño, ratona.
Todos en la casa estaban metidos en sus propios asuntos, sin embargo sentí que todos estaban pendientes a mi conversación y yo ni muerta los dejaría ver a mi parte más cursi y apendejada con un chico. Me apresure en entrar al baño y ponerle seguro a la puerta, abrí el grifo del agua y me quedé viendo como la tina se llenaba.
- ¿Ves? No es tan difícil admitir que tienes sentimientos hacia mí. -
- ¿ Quién ha dicho algo de sentimientos? - casi pude sentir su risa en esa pregunta.
-Repitelo hasta que tu pequeño cerebro procese esa mentira como un dato verídico. Te tengo besando el piso por el que camino - empecé a desprender la ropa de mi cuerpo.
Una risa estrepitosa se escuchó al otro lado de la línea.
- El que te tiene arrodillada y besando una cosa que no es precisamente el suelo soy yo a ti- lo dijo lento y con una voz tan rasposa que me removió el cuero cabelludo.
Y mentir en este texto sería mentirme a mi misma, esas palabras me calentaron como a la lava que reposa en las profundidades del volcán Hualalai, unos gramos más de tentación y me tendría muy dispuesta a hacer erupcion.
- No parece que tu tengas el control cuando no eres más que un niñito suplicante por las cosas que esta boca produce - sonreí cuando lo escuche reír - ¿estás seguro de que quieres jugar?
En ese momento con el agua tibia ablandandome hasta la médula, lancé un agradecimiento a mi dos relaciones a distancia fallidas y al entrenamiento en sexting que había recibido gracias a ellas. Aleje el celular de mi oreja y le tomé una foto a mis piernas dejando el rumor de mi cadera aparecer pero sin mostrar más de lo necesario y pulse a enviar.
Sean sinceras, ustedes harían lo mismo.
- Mira el mensaje que te envié- dije jugueteando con el agua. Supe el momento exacto en que vio la foto porque dejó escapar un sonidito ahogado de sorpresa y usando la frase más cliché para esta situación hice mi siguiente jugada de seducción- me encantaría que estuvieras aquí para que me estrujaras la espalda.
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Enemigos con Derechos.
RomanceSean todos bienvenidos a presenciar esta absurda y caótica historia. ¡tomen asientos y no olviden sus palomitas! porque al apagar las luces y bajar el telón podrán disfrutar de la historia que viene después del final.