6 "Pacify her"

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Tengo un orgullo bastante herido, eso debería ser suficiente para alejarme de él y no verlo otra vez, pero irónicamente eso es todo lo contrario a lo que quiero hacer. trato de ignorar los recuerdos de las nuevas sensaciones que me hizo sentir pero es algo mas facil de decir que de hacer, incluso sabiendo que él tiene a alguien y que está mal querer interponerme en su nueva relación.

No quiero dejarlo libre de toda culpa y coronarme como la única villana en todo este asunto, él  debio decir que estaba con ella y tal vez eso me habría alejado o detenido antes de caer tan hondo.

Sabes que  eso no es verdad, lo deseas y sin importar que exista alguien más  harías lo que fuera para que sea solo tuyo.

Y  por horrible que eso suene es cierto, no voy a fingir que soy una blanca paloma dispuesta a cederle el paso a otra tan fácil. Desearía sentir pena por ella, que mi arrepentimiento fuera genuino pero lo único verosímil en el asunto es que disfruté que él  fuera mío y que  gracias a eso mi cerebro no para de buscar la manera de sacarla del camino.

Fui una perra  por encerrarme con el novio de otra chica, aun si no conocía sobre la existencia de ella en su vida y  se que  me pone en una posición peor aceptar que no me importa serlo,  yo no fui la que dejó  de ser leal, pero como era de esperar ahora esa chica me odia y anda esparciendo odio en mi nombre, satanizandome de todas las maneras posibles aún cuando a mi también me usaron.

¿Es tan difícil para ella ver que ambas fuimos víctimas?

culparme solo a mi no era la solución a ese embrollo.

Pensé en pedirle disculpas cuando al principio mi moral me molestó un poco con el asunto,  claro que eso fue antes de enterarme de los comentarios bajos que ella había dicho en mi contra, mismos comentarios que me hicieron reír por su naturaleza inmadura e inverosímil. Yo no soy para nada el tipo de chica capaz de "quitarle el novio a otra sólo por diversión" lo que hice no tenía  nada que ver con ella, así que decidí que lo mejor para mi era  sepultar sus insultos y mis malas ideas sobre mí persona  en la necropolis a donde iban a parar todas las cosas faltas de relevancia que de vez en cuando acogía mi cabeza y no preocuparme por cosas que ya no podía cambiar.

Kaleb y yo no volvimos a hablar de lo sucedido en esa habitación. Él guardaba silencio por razones propias que eran desconocidas para mí y yo lo hacía porque de solo evocar aquellos recuerdos sentía las puntas de los dedos picarme, la agitación en el pecho y la molestia persistente en el bajo vientre que luego era remplazada por la rabia ante la forma en la que me había dejado humillar, luego venía  a mí la recurrente sed de venganza ante ese ser tan desvergonzado que disfrutaba utilizando a las chicas a su antojo y por último,  volvían a mi las ganas masoquistas de sentir su piel pegada a la mía y la oleada de calor sofocante que traía eso.

Era todo un círculo vicioso que guardé para mi misma, como una tortura que muy en el fondo disfrutaba aunque mis razones para hacerlo no tuvieran sentido alguno. Me permití dejarle saber a Mike, uno de mis amigos, sobre una minúscula parte de mis frustraciones para no perder la poca cordura que me quedaba y él creyéndose un buen samaritano pensó que la solución a mi problema era llevarme con el causante de mis emociones encontradas  y así  al quinto día de la fiesta y vistiendo una de mis pijamas descombinadas, terminé frente al portón de la casa en donde unos días antes enloqueci de varias maneras.

Me llevaron a la boca del lobo ¿quería acaso ser mordida?,  Kaleb se mostró sorprendido al abrir la puerta, entramos con la excusa de andar buscando a David que por lógica adivinamos que  se encontraba dentro de la casa, me senté incomoda en uno de los sillones buscando más una excusa para escapar de ese lugar que mostrando interés en lo ocurría en mi entorno. Mi garganta se secó, la necesidad de ingerir  agua era lo único que pasaba por mi cabeza.

Enemigos con Derechos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora