20 " Cyber Sex"

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Decidí hacerle caso a Kaleb y esperar a que las aguas se calmaran. Los últimos días han sido tranquilos y yo me he dado un descanso de tanto llanto.

Una enorme sonrisa corta mi rostro y se ensancha aún más cuando veo a Kaleb sonreirme de la misma forma a través de la pantalla de mi celular.

- ¿ Es idea mía o estás más bello? - últimamente no puedo evitar usar ese tedioso tono meloso del que me solía burlar.

- No es idea tuya, soy hermoso-baja y sube las cejas en tono coqueto y afeminado,  juro por mis libros que no podría estar más enamorada de él.

Mi corazón se encoge de ternura cuando veo la medallita de la virgen que le regalé antes de irme, para mi es muy difícil desprenderme de las cosas y mas cuando tienen valor sentimental pero me pareció correcto dársela aún cuando fue uno de los últimos regalos que me hizo mi padre antes de morir, así de puro y grande es mi amor por este idiota.

Mi mano va de forma inconsciente a mi muñeca izquierda, lugar donde descansa la pequeña pulsera con su nombre grabado que él me dio antes de mi partida y que desde ese día no ha abandonado su sitio.

- Te quiero - suelto de repente embriagada de los sentimientos que han removido las dos piezas de joyería.

Me da una sonrisa que muestra sus dientes y no tarda en responder :

-Y yo... A ti no, ratona- me gusta creer que sus ojos lucen así de brillantes por mi aunque sea un idiota con problemas para  decir lo que siente.

Hablamos un poco sobre cómo van las cosas en casa, le digo que estos días he estado bien y que las cosas están serenas, se siente bien tener este pequeño respiro.

- Iré a bañarme, te hablo cuando termine - digo sacándome la camisa de mi pijama quedando con los pechos al descubierto.

Su semblante cambia en seguida y puedo vislumbrar una chispa de deseo en sus ojos marrones.

-¿por qué vas a colgar? Déjame supervisar que lo harás bien- la perversidad de su sonrisa me desarma.

- ¿ Y qué más te gustaría ver?- digo con lentitud a la vez que deslizo mi dedo índice al rededor de mis pechos logrando que queden erguidos.

- Todo lo que tu estés dispuesta a mostrar -

Acomodo el celular en la mesita de noche y me paro frente al celular jugueteando con el borde de mi short de pijama, bajandolo hasta revelar la curvatura de mi cadera.

- ¿Así es suficiente o quieres ver más?- me gusta ver como se tensa cuando dejo caer el pequeño short quedando en bragas.

- Más siempre es mejor - susurra.

Y se que lo tengo justo donde quiero.

- Que pena, porque aquí acabamos - rio.

Su expresión de lujuria se transformó casi de inmediato en una de molestia.

- ¡ Eres un microondas!  Siempre vuelves a mi pene loco para luego dejarme a mi con el problema-se queja.

- Aprende a lidiar con tus problemas solo- cuelgo la llamada y entró al baño.

Lleno la bañera con agua caliente y me sumerjo en ella mientras escucho a mis poderosos 5 second of summer y su maravilloso álbum, una pequeña y malévola se me ocurre al darme cuenta de que yo también estaba comenzando a calentarme gracias a ese juego previo, pronto me arrepiento de no haber continuado  pero es que siendo sincera contigo que me estas leyendo, si pare no fue porque no quisiera llevar las cosas más lejos, pero una cosa es dejar que el me toque hasta llevarme al límite y una muy distinta es mostrarle lo torpe que soy dándome placer a mi misma, fue básicamente un asunto de vergüenza.

Enemigos con Derechos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora