CELPHONE.

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LUKE.

UN AÑO DESPUÉS.

-¿Por que es que tengo que ir? tienes a Ally no se por que me necesitas.- le pregunte a mi madre mientras preparaba mi cereal, tome un puño de la bolsa y lo metí en mi boca llevándome una mirada reprobatoria de mi progenitora, me encogí de hombros restandole importancia, no podía decirme nada cuando los Lucky Charms* eran deliciosos.

-Tienes que ir por que Ally no puede con todo, ¿que quieres?, ¿que ella ayude a los clientes, les explique los cuidados de las plantas les cobre y a parte supervise el mostrador?, eres idiota si crees que ella sola hará todo eso.- rodé mis ojos ¿por que tenía que ir con la molesta Alezzi o como se llame?, ni si quiera nos agradábamos, ella solo habla y habla acerca de plantas y cuanto le entusiasma trabajar con mi madre, nunca se calla, aunque eso fue hace un año, la niña tenía catorce, ahora creo que tiene quince o tal vez dieciséis, ¿a los catorce todos somos insoportables?, bueno no me interesa, la ultima vez que la vi (y ni si quiera le hable), fue hace unos cinco meses, tal vez menos tal vez mas, seguía pareciendo la niña de catorce años que llego a insistirle a mi madre con un empleo, la diferencia esta vez fue que cuando me vio e hizo una cara de repulsión hacia mi, quería hacerle un stiker pero las malditas cámaras no captaron su rostro.

-Mmm...¿Pueden ir los chicos?.- pregunte.- Ya sabes para no aburrirme ahí con la niña de la tierra.- Hablé refiriéndome a la chica con el apodo que le había denominado Michael. Mi madre paso detrás de mi dándome un golpe en la nuca, lleve mi mano hacia atrás sobando donde había golpeado, solté una risita, sabía que no le gustaba que me refiriera a Ally de esa forma, pero la ojiverde se lo había ganado (segun Michael), por alguna razón siempre estaba llena de tierra en el rostro, manos, brazos y piernas, también que le encantaba cambiar las rosas o plantas de macetas, por todo esto y mas era la niña tierra, y en ocasiones la niña planta. O eso es lo que decía Michael. 

-Te he dicho miles de veces que no la llames así.- me regaño.

-Y yo te he dicho miles de veces que ella no me agrada.- le rete. La mujer me observo por unos segundos y negó con la cabeza.

-¿Necesitas algo para pasar el rato haya?.- pregunto, hice un movimiento con mi cabeza indicando negación.- Bien, ya me iré, procura llegar ahí antes de las  diez y que con los chicos no hagan demasiado desastre.- asentí. La mujer salió de la habitación dirigiéndose a la puerta del garaje y entonces grite.

-¡Pensándolo bien, si necesito algo, cinta adhesiva para cerrarle la boca a esa parlanchina!.- exprese para molestarla.

-¡Cinta adhesiva es lo que te pondré yo a ti Luke Hemmings!.- me reprendió desde lejos ocasionando que de mi saliera una carcajada, después de unos minutos se escucho el auto de mamá salir, me dispuse a terminar mi cereal para después así dirigirme al local de mamá; sería un día largo.

-Hey

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-Hey.- dije cuando llegue a la puerta del local junto a mi amigos, ellos solo me dijeron ¨Hola¨ con la mano como saludo.- ¿Por que no han entrado?.- pregunte sacando las llaves del portón.

AMARANTHUS ||(Luke Hemmings)||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora