3.

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Lucia.

El me sonrió y estampó sus labios contra los míos, inició un beso que indicaba amor puro, me hacía sentir tan lindo.

—esa es una muestra de amor? —pregunta Fran acercándose a nosotros.

La puta madre.

Nos separamos rápidamente, no habíamos escuchado la puerta abrirse.

—hijo! y la abuela donde está?.

—me dejó en la puerta y me dijo que entrara, fue a comprar algo a la tienda.

—Fran..  mira lo que viste recién no se lo debes decir a nadie porque ...—comencé a hablar sin saber muy bien que decir —será un secreto entre nosotros, si?

—por qué tía?

—solo guardanos el secreto,y tendrás premios, si? lo guardarías por mi? —dije haciendo puchero. 

—está bien —sonrió y se fue saltando fuera de la cocina.

—hay que tener más cuidado Joaquín, pudo ser mamá —le dije.

—lo sé..  pero lo que no sé es como hacer para evitar mirarte con un brillo especial en mis ojos delante de mamá, o de "mi mujer"

— sabes lo mal que suena eso? mi mujer—dije en tono de burla —no le digas así por favor, me estresa.

—celosa? —dice acercándose a mi —sabes que te amo— me da un pico y se aleja rápidamente.

—si, muy celosa. Vamos al comedor tonto —agarré las dos tazas y fuimos para allá.

Nos sentamos y empezamos a tomar el café, a los minutos llegó mamá.

—bueno ya volví, ¿cómo va todo?

—bien ma —respondimos a coro.

En eso mi celular comienza a sonar y atiendo, era mi marido —Alberto, qué pasa? —dije

—Gachi, escúchame tuvieron una emergencia en la empresa de Cordoba (prov. Arg) tengo que salir ya mismo para allá, te amo y mil disculpas por lo de esta mañana, adiós— colgó enseguida y la verdad es que se lo veía apurado.

—que pasó hija, que te dijo Alberto? —me pregunta mi madre ya que vio que mi semblante cambió a serio.

—tuvo una emergencia en una de sus empresas del interior, se fue de viaje mamá  —dije mientras me sentaba algo apenada en el sofá.

—uhmm.. Gachi no te preocupes, quédate hoy con nosotros para que no estés sola en tu casa

—está bien mami

—tu habitación está tal cual la dejaste ayer, sabes que puedes venir cuando quieras, hija

—lo sé — dije intentando disimular las ganas de llorar que sentía. Y no por tristeza, sino por impotencia.

Así es, soy una persona muy sensible, por más de que no ame a Alberto, lo quiero y me parece un buen hombre, y me hubiera gustado empezar un matrimonio real, pero bueno, todo se viene abajo al parecer.

—bueno que les parece si lo que queda de tarde nos metemos a la pileta todos? —anima Joaquín

—si papi si—salta Francisco mientras viene bajando apresurado las escaleras.

Cada uno se arregló, mamá se puso una malla negra, Joaquín y Fran unos shorts y yo un bikini azul con un vestido de agujeros encima, esos de pileta.

Así nos encontramos todos afuera, yo me senté un rato bajo el sol y mamá y el niño se metieron de inmediato. Joaquin se quedó conmigo.

—ya te dije lo sexy que te ves con ese bikini?—me susurra mientras toma un sorbo de su jugo.

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