Lucía toma una decisión difícil en su vida para superar algo, probablemente no logre su objetivo desde un principio. No puede dejar de amar al hombre con quien tuvo algo en un tiempo atrás.
Misterios, relaciones clandestinas, dudas, y sospechas en...
Pasaron un par de horas, y ya me dieron el alta. Joaquín fue muy cuidadoso conmigo.
Cuando salimos, él se paró detrás mío, y me abrazaba para evitar que cualquiera de la prensa me moleste, o me cuestione.
Subimos al auto y le agradecí, él me acarició la mejilla y me dio un dulce beso.
Llegamos a casa, mamá me abrazó y agradeció que estuviera bien. Después empezó a cuestionarme por lo de mi embarazo, etc. Viviana no estaba en casa. Fran en el cole ignorando la situación.
—disculpa a Viviana, hija, no creo que su intención haya sido ofenderte.
Yo iba a responder pero Joa se me adelantó —mamá sea cual sea que haya sido la razón, no tiene perdón! Lucía casi pierde a nuestro..—lo miré sorprendida -nuestro nuevo integrante en la familia.
—bueno tienes razón Joaquín.
Iba todo bien, yo estaba en descanso. Joaquín fue a buscar a Fran a la escuela. Le contaron lo sucedido, él me abrazó, me dio besitos en la pancita. Y como era típico en mi sobrino, confundia las cosas. Le decía hermanito, que aunque en parte lo es, yo soy su tía y debería de creer que es su primo, y no su hermano.
A las 20hs llegó Viviana. Con su cara de perrito mojado, llegó arrepentida.
—Lucía, no corresponde, ya lo sé. No sabía que estabas embarazada y nunca quise ofenderte —dijo apenas me vio.
—no lo justifica, pero yo no te guardo rencor. Está todo bien, solo por el momento prefiero mantener distancia, no te quiero cerca mío.
Joaquín se paró detrás mío, con una distancia prudente. Y miraba serio a Viviana.
—no me veas así —dice su esposa a Joa.
—lo que hiciste no tiene nombre, no te lo voy a perdonar, NUNCA, me oíste? -Viviana miró desconcertada a su marido, y se marchó a su habitación sin más que decir.
Pasaron dos días, Alberto me avisó que estaba por tomar el avión. Le dije que estaba muy cansada y que lo esperaba en cada con una rica cena. Sí, la primera noche de su regreso quiero hacerlo confundi y llevar a cabo el plan de Joa.
Mi hermano me fue a llevar a mi casa. Se despidió de mi. Yo le comenté lo que iba a hacer esta noche y el me pidió que tuviera mucho cuidado lógicamente. Nos despedimos y finalmente se fue.
Me bajé, entré y preparé las cosas. Dos botellas de vino blanco, dos copas, una ensalada, con pollo frito y arroz. Cuatro velas blancas decorando la mesa con un mantel blanco de encaje.
Llegó a la media hora de tener todo en orden. Le abrí la puerta fingiendo ser la mujer más feliz del mundo, fingiendo que está todo bien, y que lo amo.
Se sorprendió al ver la mesa así. Me agradeció, me tomó por la cintura y ya de primera quería sexo —quiero hacerte mía ya, Lucia.
—primero comamos, y después soy tuya las veces que quieras
Él asintió. Comimos a gusto, hablamos de estos días separados. Y parecíamos a simple vista el matrimonio ideal, lleno de felicidad, de amor, de complicidad y conexión, pero definitivamente no era así. Tal cual, en este tiempo de cena olvidé todo, parecíamos otros y hasta senti quererlo.
Yo sin que él lo notara bebía agua por obvias razones.
Ya estaba un poco ebrio y empecé a engatuzarlo, de toque que va y toque que viene, fuimos subiendo al cuarto. Estuvimos a los besos arriba, me puse a horcajadas sobre él y comencé a desvestirlo. Él me tomaba y jadeaba, me acariciaba la cintura, me apretaba, y eso me fascinaba.
Pequé. Como mujer peque, soy un asco. Me volví a entregar a Alberto, volví a ser suya, claramente no fue a la fuerza. Pero lo hice, estuve con este hombre.
Me hizo suya durante dos horas, jugó con mi cuerpo, yo con el suyo, nos probamos, nos deseamos, nos quisimos, enloquecimos y llegamos al máximo placer.
Caímos rendidos, y él al estar ebrio quedó dormido abrazado a mi cintura. Solo ahora caigo en el error que cometí, solo ahora me acuerdo de Joaquín, el hombre que amo.
Me tape con las sábanas blancas y rápidamente agarré mi celular, nosotros habíamos quedado en que iba a avisarle.
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Tenía mensajes y llamadas perdidas de Joaquín.
La puta que me parió, que hice, que me pasó aghh. soy un ser realmente despreciable. Me doy asco, me entregue a un hombre que no merezco.
Dios mío, no me daba la cara para responderle a Joaquín, los mensajes seguían llegandoy solo atine por contestarle 'sii estoy bien, no te preocupes, todo salió bien. me voy a dormir, adiós' fui lo más cortante posible.
Me dijo que me amaba y que descanse, no contesté más y me fui a dormir.
Al día siguiente tenía una junta de trabajo precisamente con Joa. Nos encontramos en las oficinas de Aladino Producciones, me saludó y no pude corresponder a su beso. La conciencia me remordia. Me sentía mal y no me sentía digna de su amor, y menos de él.
Me quedó mirando extraño, pero ignoró, cuando quiso abrazarme, tampoco me dejé y ahí ya reaccionó —ocurre algo Gachi?
Bajé la mirada —te lo voy a decir.. y-yo te juro que no era mi intención, no quería, no sé cómo pasó, no sé porqué, ni con que intenciones, pero
Me interrumpió y me levantó la mirada desde el mentón —que? que pasó? me estás asustando, Lu, que ocurre??
—Joaquín...aaahhg Dios no se como decirlo
—...
—y-yo me me acosté con Alberto fue por debilidad te lo juro —intenté tomarlo por el cuello
Pude ver la cara de horror de Joaquín, me quedó mirando con desprecio, con asco, con furia. Rápidamente me tomó por los brazos bruscamente, ajustándome y sacudiendome.—que mierda hiciste? Me juraste eterno amor, y a la primera calentura o debilidad que tenes te acostas con él?? —me sacudía más fuerte —nunca pensé tener que decirte esto, pero sos una cualquiera —me soltó con bronca e indignación que logró tirarme al sillón de la oficina.
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