Lo Mejor del Amor

9.

Lucia.

Estaba intentando relajarme un poco, cuando siento unos ruidos abajo en la sala.

—Lucía, SE QUE ESTÁS ACÁ, VEN O TE BUSCO

Era Alberto.

La puta madre este hombre no se cansa de joder. Me puse la bata de baño, fui al cuarto de mi amiga rápidamente, y me vestí como pude. Sus pasos comenzaron a escucharse hasta que decidí ir a darle el encuentro yo.

Una vez cambiada, abrí la puerta y el estaba ahí a unos pocos pasos de entrar. —hablemos...calmados.

—estás sola? —preguntó

—si. estoy sola Alberto.

—perdón Graciela, de lo más sincero de mi corazón esa no era mi intención, fue solo un desahogo lo del otro día si? —se me acercó e intentó darme un beso pero yo me alejé.

—no es así de fácil, tú me lastimaste muchísimo, no será fácil de olvidar.

—yo puedo hacer que lo olvides amor, anda, por favor, volve a casa. Te necesito

No sabía que contestar, en parte esta mini separación que tuve con Alberto, es una excusa perfecta para estar con Joaquín en cualquier momento que yo quiera ya que no iba a estar más atada a él.

Pero al oírlo hablar así con tanta sinceridad, me dan ganas de perdonarlo y de volverme con él a casa.

—vas a tener que hacer méritos, me oyes? —le dije apoyando mis manos en su pecho mientras que él rodeaba mi cintura con sus manos.

—los que quieras, solo que espero que no le hayas contado sobre esto a tu familia porque luego me verán mal eh

—no Alberto. Los únicos que lo saben son mi hermano y Patricia, pero con ellos no hay problema, solo les digo que nos arreglamos y ya

—eso quiere decir que volves a casa ? —dice con una sonrisa de oreja a oreja.

—si... pero eso no significa que te perdone eh

—me haces el más feliz Lucía! -—exclama para luego abrazarme y levantarme entre sus brazos.

Lo mejor es que le dé otra oportunidad a mi relación con Alberto pienso. Recién estamos casados, tenemos que estar juntos. Estas son simples peleas que hay en los matrimonios.

-hagamos tu maleta, y vámonos ya mismo

-si, solo deja que le avise a los chicos -digo a punto de tomar mi celular pero él no me lo permitió -¿que pasa ?

-linda primero vayamos y luego les avisas, puede ser?

-bueno si está bien -digo mientras empiezo a empacar mis cosas con la ayuda del hombre.

Al cabo de 30 minutos terminamos y subimos al auto, al rededor de otros minutos más llegamos a casa y me ayudó a bajar mi equipaje. Lo acomodamos en la habitación y me hizo prometerle que nunca más me iría sin avisar. Y pues yo le dije que si.

Llegó la noche y recibí llamadas y mensajes de Patricia y Joaquín. Ambos preocupados.

Les conté como había sido la cosa y la verdad es que a ellos no les pareció la idea pero quedamos en juntarnos mañana para charlar.

*Al día siguiente*

Me estaba alistando para mi junta con mi amiga y hermano. Alberto estaba en el trabajo y yo a minutos de salir.

Una hora después nos vimos en una cafetería los tres. Llegamos al mismo tiempo.

-una explicacion ya Lucía