Comienzo

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—¿Taiko Kiyoshi? Es un buen nombre. Yo soy Kamado Hanako, un gusto —la niña se puso a su lado mientras eran seguidos por sus hermanos, a la vez que hablaba con con el chico al lado suyo.

—¿Kamado? ¿De casualidad eres de una panadería? —la niña al oír eso, solo le dedicó una sonrisa alegre y sincera.

—Sí, lo soy. ¿Por qué la pregunta? —mantuvo su sonrisa a la vez seguía caminando con la música de fondo.

—Verás, es que hace algunos días nos mudamos aquí en la cuidad, porque mis padres han ido a varios lugares de la zona, entre ellos una panadería con el nombre Kamado en el. Me dijieron que una chica de tu mismo estilo de cabello negro con puntas rojas los atendió a ambos, les dio unos panes ellos por ella ese día. Fue hace una semana, el lunes pasado las una y 19 de la tarde, ¿no es así? —esa forma de hablar hizo que Hanako se acordará de alguien.

—"Son iguales los dos" —solo siguió sonriendo mientras caminaban hacia la escuela— sí, según me acuerdo de ese día, dos adultos vieron hacia la panadería ya que era nuevos aquí, también te dijeron que les manda una ubicación para una reunión importante, ¿no?

—Sí, supongo que fuiste tú quien se los dijo, así que te lo agradezco —él chico le devolvió la sonrisa que ella le estaba dando.

(Si preguntan por Tanjirō, Nezuko y Takeo, ellos tres fueron mas rápido cuando Kiyoshi empezó hablar)

—De nada, solo ayudaba al cliente, ese es el lema de la panadería —seguia con esa sonrisa en su rostro, cosa que el contrario imitó.

Pero detuvieron sus pasos por haber llegado a su destino, la escuela en la que ambos iban a estudiar. Ellos dos vieron muchas sillas, todas estaban en diferentes lugares pero a la vez alineadas en una zona en específico. Cada una era para estudiantes de cada grado, desde primero hasta sexto.

—Bueno, parece que hasta aquí llegamos los dos, espero que nos estemos en la misma clase —Kiyoshi le extendió la mano a Hanako, quien hizo lo mismo, dando un apretón con sus manos, pero al hacer contacto, ambos sintieron una rara sensación, pero decidieron dejarlo, aunque luego hablarían de eso. Luego de eso cada se fue a una silla para esperar que los demás alumnos lleguen al lugar. Hanako fue hacia un lado donde solo había alguien.

—Disculpa, ¿puede sentarme aquí? —con respeto, le hablaría aquel chico que estaba al lado de esa silla, tenía el cabello amarillo con las puntas en rojo, el estilo le recordaba a Hanako a una cría de un pollo, el chico también tenía los ojos dorados con el iris rojo, las cejas era de una forma parecida al de unas llamas.

—E-Eh, c-claro —con esos nervios, Hanako se puso a reír en silencio para no hacerlo sentir mas incómodo de ya estaba. Se sentó a su lado y le sonrió para calmarlo.

—No estes nervioso, no soy un perro "Aunque tengo de hermano a uno" creo que debería presentarme, soy Kamado Hanako, ¿y tú eres? —mantuvo su amigable sonrisa ante él. El muchacho tomo aire y hablo.

—Soy Rengoku Senjurō, es un gusto conocerte Kamado-san —Senjurō al fin pudo calmarse, Hanako volvió a reírse por eso, cosa que hizo que el chico vuelva a ponerse nervioso.

—Oye, tranquilo, no me estoy riendo de ti, es solo que me da algo de risa tu apellido —le confesó sin pena, no había duda que era cierto lo que ella decía.

—¿Por qué? —aún con eso, él seguía confundió por lo dicho por ella, quien paro de reírse, para luego darle una tierna mirada.

—Es que según tengo entendido tu apellido Rengoku significa purgatorio. Espero que no seas una especie de asesino —ella sin pena alguna le confesó al muchacho a su lado, quien no parecía gustarle en lo mas mínimo esas palabras.

—¿Que tiene eso de divertido? —confuso por lo dicho por la contraria, este la miro con curiosidad. No lograba entender el sentido del humor de la chica.

—Olvídalo, yo me entiendo —sin mas, ella de repente termino la conversación que mantuvieron, cosa que logro enfadar un poco al Rengoku, quien no creía que ella pudiera terminar como si nada hubiera pasado. Así que comenzaron otra conversación para pasar el rato.

[...]

—Allá estan, cuatro de seis —una mujer de pelo negro vio a los Kamado, quienes estaban sentados en diferentes lugares. Ella estaba con otras cuatro personas, otra mujer de cabello rosa con puntas verdes, ojos limas con un cuerpo voluminoso, un hombre de pelo negro con heterocromia, teniendo un ojo de turquesa en el izquierdo y el derecho de color amarillo, otro que estaba ahí era de constitución alta, siendo de hecho el segundo mas alto de todos ellos. Tenía el cabello totalmente despeinado, pero dejando ver sus ojos que eran fucsias. El último (quien era el mas alto) tenía una cicatriz en la frente, sus ojos eran totalmente blancos, parecía ser ciego por eso.

—Oye Tsutako-chan, ¿crees que algún de ellos cuatro haya tenido una conexión con ese hombre? —la de ojos limas tenía la mirada concentra en la mencionada, quien voltio su cabeza hacia ella.

—No tengo ni idea Mitsuri, espero que no, sería lo peor que podría pasar en sus vidas —dando un suspiro, le dijo algo a los cuatro que estaban con ella— escuchen, ellos podría estar relacionado con él, así que lo mejor será ver qué es lo que hacen, como actúan y sobre todo, lograr que sean nuestros aliados, ¿entienden?

—Sí, lo entiendo Tsutako-chan —la tal Mitsuri asintió, acción que fue imitada por los otros— ahora quiero saber algo...Tengen, ¿no dijiste que no ibas estar en esto? —todos vieron al pelo blanco, quien se encogió de hombros.

—Bueno, ¿que puedo decir? Yo actuó como quiero, cuando quiero —eso hizo enojar a todos los que estaban con él, lo que ellos hacían tenía una razón muy importante, y Tengen lo sabía.

—"Eres un estúpido" —Tsutako rodeo sus ojos para luego volver a mirar hacia los cuatro Kamado— "espero que ese hombre no haya hecho algo con esos chicos" —ella seguía esperando a que el director salga de una vez para iniciar la ceremonia para los de primero y comenzar el año escolar de una vez.

[...]

—"Hanako, ya comenzaste secundaria, espero que tus maestros no sean malo contigo" —Sumiyoshi se encontraba regando las plantas del jardín, cosa que lo calmaba, y la vez disfrutaba eso. Eso es algo que sus nietos y él tenían en común, y agradecía que su nuera tenía ese hábito— "y listo, esa fuera la última flor" —satisfecho consigo mismo, entro a la casa con sonrisa, y fue en busca de algo de beber, pero un sonido proveniente del teléfono del lugar lo detuvo. Así que fue hacia el pasillo en el que estaba y lo tomo.

—*...* —Sumiyoshi podía oír una respiración que venía del teléfono, pero no parecía poder hablar.

—Hola, ¿quien es? —de repente el teléfono paro de sonar, cosa que dejó confuso al viejo, quien puso el teléfono devuelta de su lugar— "que raro, esto ya pasó varias veces este año, ¿será alguien que quiere hacer una broma o tal vez algo mas? Luego vere que hago" —decidio ignorar eso por el momento, y ir a beber de una vez.

(Hasta aquí el cap de hoy, espero les guste, con eso me despido. Adiós)

(1245 palabras)

Una familia fuera de lo normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora