Capítulo IV

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El receso había llegado a su fin, haciendo que entre quejas y suspiros de cansancio, los alumnos se acomodaran en los asientos que querían, más no los correspondientes, siempre se causaba un alboroto, puesto que cada quien cambiaba su asiento a su conveniencia, y a los maestros parecía no importarles.
Cómo si no fuera un poco predecible, los muchachos que anteriormente le habían quitado la mesa al pequeño Harrison, se encontraban en la esquina, al fondo, sentados en parejas detrás de los otros.

—Oigan, ¿Vieron que ya se cambió Michelle? — comentó Luke de la nada

—¿Michelle?

—La chica estúpida

—¿La que decía que la Segunda Guerra Mundial fue a causa del asesinato de Kennedy? — indagó Dannie

—¡Sí!

—Ya era hora — reprochó Joey

—Lo sé, creo que repitió año

—Ugh, entonces por eso la sacaron

—Supongo, sabes como es la quarrybank con esos asuntos

—Ya sé, aún no entiendo como mierda sigue aquí Dannie

—Se llama "Tener un padre con abogados"

—¿Y qué argumentos usaron contra Evans?

—¿Lo de el condón en la cancha? — preguntó John a Dannie

—Lo de el condón en la cancha — sonrió satisfecho — Aún no sé como no nos descubrieron

—Yo tampoco — carcajeó Luke — Debió haber sido una señal o algo así

—¿Una señal de qué?

—De "Dannie se queda y fin de la discusión"

—O de "El director Evans es muy estúpido"

Rieron todos al unísono pero aquellas carcajadas cesaron con la presencia de la profesora, la cual sin previo aviso entró y dejó sus cosas sobre el escritorio.

"Buenos días" se mezclaron las voces de los jóvenes alumnos

—Buenos días, jóvenes, espero que hayan tenido un excelente fin de semana y hayan hecho algo productivo con su lunes libre

Los muchachos comenzaron a llenar el aula de murmullos sobre su fin de semana y relatos sin importancia.

—Muy bien, guarden silencio ya

Todos asintieron y retomaron sus posiciones de completa seriedad para sacar las cosas de la materia correspondiente, la profesora aprovechó ese tiempo para caminar por todo el salón en busca de una falta de cumplimiento al reglamento escolar en cuanto a código de vestimenta, sin embargo, todos sabían por quienes iba exactamente.

—Darnell, ¿Cuántas veces tengo que leerle el reglamento para que entienda que no puede venir a clases con el cabello así de largo?

—Lo siento, no hay peluqueros cerca de mi casa

—¿Y por qué no busca más?, el fin de semana vi a su padre salir de un local

—¿Qué hora era?

—Alrededor de las nueve de la mañana

—Bueno, ahí tiene su respuesta, los fines de semana me levanto al mediodía

—¡Que horror! — se quejó la anciana — ¿Cómo pueden sus padres permitirlo?

—No lo hacen

In another life (Mclennon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora