Prólogo

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Munich, Alemania 17 de Septiembre de 1943

-Tenemos que hacerlo, Pat, no tenemos más opciones - decía con voz serena y decidida el muchacho de mayor edad

-Lo sé, Jeff... sólo no quería que todo terminara así

Patrick suspiró a la par que sacaba aquel pequeño frasco de cristal que contenía cianuro.

-Lo tengo acá

-¿No han sospechado tus padres? - indagó Jeffrey sosteniendo el envase

-No, a papá suelen faltarle algunas cosas de vez en cuando y no se da cuenta

-Está bien

Ambos chicos se posicionaron frente a aquella fogata con una mirada que reflejaba desdicha, rechazo y soledad, un sentimiento de impotencia y melancolía que dormía completamente sus sentidos de total felicidad, el cual ambos experimentaban mayoritariamente cuando estaban en compañía del otro.

La mirada de Patrick, la cual se encontraba perdida entre las violentas llamas provenientes de los troncos ardientes en el suelo, denotaba miedo puro, contraria a la de Jeffrey, la cual apuntaba firme a la oscuridad y a la tiniebla de la sombría noche, ésta denotaba seguridad y compromiso.

-Jeff, antes de hacer todo esto, quiero que sepas que no importa cuanto pase - dijo el más joven recargando su cabeza en el hombro de su acompañante - Aún no haya vida después de ésta voy a amarte

-No, Pat, claro que habrá otra vida - dijo el contrario algo animado dejando un dulce beso sobre la frente de su amado - quizá no en cuerpo, pero sí en alma

Ambos suspiraron y sentados se dedicaron a observar la opaca tonalidad que al cielo invadía, excepcionando a los pequeños astros que lo adornaban como colgantes luces en navidad, brillantes y serenas animando el firmamento que reposaba sobre las cabezas de los muchachos y quedando como deponente del último hecho que marcaría la historia de ambos.

-¿Cómo te sientes? - se atrevió a preguntar Patrick

Jeffrey suspiró y observó al otro muchacho de negras hebras.

-No lo sé, Pat, saber que este será este mi último día me pone algo triste, impotente y hasta un poco enojado

Patrick con notable decaimiento ante la respuesta del contrario, agachó la cabeza dedicándose a patear una pequeña piedra, luego de unos segundos sintió una mano en su mentón queriendo levantar su rostro y logrando su cometido.

-Pero no sabes lo dichoso que me siento al saber que si ahora voy a caer, lo haré con alguien a quien amo más que a mi suerte, al saber que no me voy solo, la persona que invadió mi corazón marchará a mi lado, Dios Patrick, me alegra saber que serás lo último que vea antes de partir, para así recordar lo afortunado que fui, que soy y seré en caso de que haya vida después de la muerte...

Patrick con un particular destello en los ojos se inclinó y en un acto de completo delirio a causa del amor juntó su boca con la de su amado para iniciar una suave danza de sus labios al compás del cantar de las luciérnagas que salían y vagaban por todo el lóbrego lugar.

-Te amo, Jeff - susurró separándose

-Y yo te amo a ti, Pat

Retomaron sus posiciones anteriores y sentados alrededor de la gama de rojas tonalidades reflejadas en el ardiente fuego producto del combustible emanado por los troncos, se dedicaron a observar a su alrededor al menos hasta que pasaran unas horas.

-Ya falta poco - dijo el azabache pasado un tiempo

-Lo sé - se inclinó para levantarse haciendo que Patrick imitase su acto - ¿Trajiste la tuya?

In another life (Mclennon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora