Extra: (AgentReign)

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Sonrió sin poder evitarlo cuando sus ojos se abrieron y se encontraron con la imagen de Sam encima de su pecho abrazándole por la cintura, con sus manos reposando sobre la espalda baja de la extranjera. Había pasado ya tanto tiempo y por fin podía disfrutar libre de su amor. Los recuerdos vinieron poco a poco volviéndole imposible el poder borrar su sonrisa, desde que conoció a Sam, los malentendidos con Gayle y Max, su declaración, sus aventuras, su primera vez y su inminente separación con su posterior reencuentro.

Debía darle las debidas gracias a Kira cuando la volviera a ver, sin ella aquello no sería posible, seguramente hubiera terminado con el mismo destino que Mercy, aunque claro, no es como si haya podido liberarse de rositas. Ella y Kira la habían tenido difícil en fingir su muerte en uno de los bombardeos, nunca esperó que la ayuda inoportuna de Imra y Lucy (a saber cómo dieron con su plan) les salvara en el momento justo.

Se refugió en el territorio de los Nal a las afueras de la ciudad con el cabello cortado y entintado por un tiempo antes de que sus registros se perdieran en todo el revuelo de la gran guerra. Lucy por su lado, nunca mencionó a Sam ni a Lena nada sobre este plan, pues respetó los deseos de Imra, quien respetaba los deseos de su "maestro". Fue por fin en noviembre de 1918 cuando Daxam decidió aceptar las condiciones del armisticio que respiró con tranquilidad que Kira le explicó detalladamente cual era el plan. A decir verdad, era simple pero no por esto menos laborioso.

Aprovechando que el modelo de gobierno cambió en un doscientos por ciento, que la familia Danvers siguiera con un poder descomunal y que el país buscaba crear alianzas con otros países, Kira se auto-nombró el embajador de Kryptón en Zenith y le llevó como compañía a espaldas de los Leigh y los Danvers. Una vez que llegaron a la región de Airgetlám, ubicar el hogar de sus amores no fue complicado, la maestra Astra era ciertamente reconocida y el regente del lugar parecía tener cierta admiración por ella, por tanto, con un poco de persuasión (y abuso ligero de poder) Kira consiguió la dirección.

Aun las recordaba a ambas en la puerta sonriendo con nerviosismo ansiosas por que se abriera y fueran capaces de lanzarse hacia sus amores. Escucharon ligeros murmullos antes de que la puerta la abriera una mujer de tercera edad en silla de ruedas.

—Doctor ya le he dicho que... ¿Quiénes son ustedes? —Preguntó inmediatamente a la defensiva, y no era de extrañarse, no es como si dos mujeres de apariencia exótica fueran a tocar tu puerta a las ocho de la noche.

—Profesora Astra, ¿cierto? —Cuestionó la rubia. La mujer asintió con lentitud y desconfianza—Un gusto, verá nosotros...

— ¡Alex! —Cierta Luthor castaña pasó por sobre su madre adoptiva lanzándose contra la mayor quien aún tenía el cabello con un poco de tinta marrón y ligeramente más corto y ordenado desde la última vez que se habían visto.

—Te extrañé tanto mi amor—Confesó Alex de inmediato en Kríptoniano, sabiendo que las únicas personas que entenderían aquello serían las otras dos mujeres allí presentes.

Yo también amor mío—Respondió Sam inmediatamente en el mismo idioma con una mirada llena de un amor todavía más intenso que casi cuatro años.

Al ver sus intenciones Kira les hizo ingresar a la seguridad del hogar y discutió con Astra varias cosas, como primero la mano de Lena en matrimonio así también informó de la fuga que les tenía preparadas a Italia a Alex y a Sam, ya que la homosexualidad se volvió algo legal desde 1887, mucho antes que nacieran,. No tenían muchas protecciones y posiblemente podrían sufrir discriminación (y por un tiempo así fue) pero por lo menos no tendrían que temer por sus vidas como harían en Zenith o vivirían rodeadas de odio y prejuicios puesto que en Kryptón la homosexualidad había vuelto a ser legar recientemente.

Alex no recordaba ni un octavo de las cosas que Kira y Astra discutieron en aquella mesa más que cuando se le preguntó sobre sus sentimientos por la menor de las hermanas Luthor y el sí definitivo de la doctora, y ahora, podía despertar abrazada al amor de su vida; y si bien no podían casarse con todas las de la ley como si hicieron Lena y Kira (más que nada por la mentira de ésta última), eso no evito que celebrasen como si hubiera pasado realmente.

El vestido amoldado al bello y curvilíneo cuerpo de la castaña, la sonrisa idiotizada de la pelirroja mientras la cargaba en brazos y le llevaba sonriente por el lugar... La amaba, realmente la amaba, nunca se cansaría de decirlo, pensarlo y expresarlo. El que se unieran en el sagrado vínculo del matrimonio aún seguía sin ser bien visto, pero honestamente tanto Alex como Sam estaban conformes; después de todo, celebraron como si lo hubiesen hecho, a pesar de que solamente Lena, Kira, Lucy, Imra y Astra pudieran asistirles, solo las personas más importantes en sus vidas.

—Buenos días amor—Saludó Alex cuando vio como Sam abría los ojos antes de sonreírle con el mismo amor intacto con el pasar de los años.

—Buenos días—Sam devolvió el saludo posándose encima de la mayor y juntando sus frentes.

Una pequeña risilla brotó de ambas al notar como se habían quedado prendadas a los ojos de la otra una vez más.

Sus labios se acariciaron en un suave y dulce compás capaz de detener brevemente el transcurrir del tiempo y acelerar de manera peligrosa el ritmo de sus corazones.

—Te amo—dijeron al unísono una vez que, mandando al carajo la decencia, decidieron sumergirse en un despertar lleno de mimos ardidos y adorables gemidos.




AVISOS PARROQUIALES

tilin tilinnnn

último capítulo

la verdad me siento felíz por haber adaptado esta historia que dese un principio me gustó tanto, y que es de la autoría de alguien genial.

muchas gracias por haberla seguido, y por haber tenido paciencia durante el tiempo que no actualicé.

SEDUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora