[Capítulo 17]

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Después de dejar botada a Andrea, Kira se centró en encontrar a Lena, estaban en una tierra no tan familiar y la Luthor era ciertamente toda una belleza, no faltaría el idiota que intentaría liarla con ella y supo que tenía razón al verla bebiendo descontroladamente mientras que el barman discutía con un señor que seguramente no tenía menos de treinta y cinco años.

— ¿De qué me he perdido? —Cuestionó a Lena una vez que se acercó. Sus ojos azulados miraron con frialdad a ambos hombres quienes le miraron con superioridad, si tan solo esos estúpidos supieran la verdad...

—Nada que te interese niñato—Dijo el hombre arisco junto con una sonrisa que le dieron ganas de rompérsela con los puños, pero Kira era demasiado civilizada para hacer eso.

—Hable por usted y no por mí, venerable anciano—Contestó apretando los dientes de manera disimulada, antes de girarse con Lena y sonreírle con falsa calma que sería imposible para la extranjera notar debido a su estado actual.

—Mejor vete—Habló el barman serio, él ya había identificado a Kira y honestamente, sentía miedo de quedar mal ante él y por él—Son cosas entre paisanos.

—Si claro, con tu claro acento y el del viejo proveniente de otra ciudad—Aseguró con sarcasmo poniendo los ojos en blanco, pasando por en medio de ambos y rodeando a la chica con su brazo— ¿Qué pretendían desgraciados?

—Yo absolutamente nada—Habló el barman, interiormente la Danvers se rió de su cobardía—Estaba tratando de hacer que este señor dejara en paz a la señorita.

—La cual es mi hija—Habló seguro el señor plantándole cara a la espadachina.

—Oh disculpe señor, no lo sabía—Habló con un tono tan convincente que dejó contrariado al barman y estupefacto al hombre por haberse creído ese cuento tan mal hecho—Amor, ¿por qué no me dijiste que tu padre había vuelto entre los muertos? —Se giró hacia Lena con un tono verdaderamente preocupado.

— ¿Volver de los muertos?

— ¿Amor?

Cuestionaron tanto el hombre como el barman. Sin darse cuenta, Kira tornó su mirada aún más filosa que su propia espada y les miró de la manera más amenazante que pudiesen ver en su vida. Curiosos, los invitados prestaron atención a lo que sucedía en barra, pero claro, ninguno de los involucrados se dio cuenta de esto.

—Escuchen bien, señores—Dijo el título con sorna—He escuchado de malos mentirosos, pero ustedes superan con creces ese término. —Su voz dejó de ser amigable como al principio al tiempo en que pasaba su otro brazo por la parte trasera de las rodillas de Lena y le cargaba ante el asombro de muchos—La mujer a la que acaban de alcoholizar para hacer no sé qué tantas bajezas es mi amante y futura mujer, Lena Luthor, y si alguien se atreve a intentar algo similar con ella cargará no solo con la ira de sus allegados, sino igualmente del heredero del clan Danvers —Declaró comenzando a caminar a la habitación que compartían sin darse cuenta de la fija mirada que le estaban mandando Andrea, Maxwell y Sam.

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Sam soltó un suspiro cuando abrió los ojos en su habitación al día siguiente junto con una pequeña presión en su pecho y hecha ovillo con sus manos cubriendo sus oídos. Miró perdida el suelo antes de girarse boca arriba y mirar el techo, extendiendo así sus piernas y sus brazos.

—Alex...

Su nombre salió en reflejo sintiendo como le ardían los ojos de solo recordar cómo había terminado su noche.

Después de que Kira se fuera con su hermana en brazos, había tenido la intención de seguirlo pero Maxwell le detuvo alegando a que confiara en el Danvers, lo cual había hecho a Sam desconfiar, no era capaz de olvidar el cómo se dieron las cosas con Mercy; sabía que Kira era incapaz de aprovecharse de la situación pero no confiaba del todo en Lena, el alcohol la soltaba mucho. Fue así como después de un tiempo convenció al Lane de irse alegando que estaba cansada y no le permitió acompañarla hasta su pieza debido a que primero quería comprobar que su hermana estaba bien.

SEDUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora