Corría el año de 1980 en un pequeño pueblo de Japón, de esos que parecen casi olvidados por el tiempo, los últimos 3 clanes ninja que quedaban en pie luchaban entre sí por el poder del territorio, un brutal atentado contra el clan ninja más prometed...
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Llegó el amanecer y al despertar, el joven ninja se dispuso a buscar al viejo Hayato sin éxito alguno, pudo ver que a un lado del sofá había un abrigo que le había dejado el viejo para que el ninja pudiera seguir su camino. Sin embargo Beckett quería despedirse y darle las gracias al viejo, así que después de unas horas decidió continuar su camino.
—En verdad quería agradecer al viejo por permitirme pasar la noche en su cabaña, que remedio. Tal vez para cuando pase de regreso lo pueda encontrar— dijo Beckett mientras continuaba su rumbo.
Las horas pasaron y el recorrido se hizo más fácil, ya que el frío dejo de sentirse con el abrigo que llevaba puesto. Pasaron un par de horas más y a lo lejos ya se podía ver Hiroshima 'hogar de la dinastía escarlata'.
—Estoy por llegar, tengo que escabullirme hasta entrar al gran templo. ¿O solo podría pasar por la puerta principal de la aldea?—se preguntaba el joven ninja mientras miraba a los que hace algún tiempo fueron sus aliados.
—Tal vez encuentre a alguien de mis viejos camaradas y me ayuden a infiltrarme— dijo el joven ninja mientras era interrumpido por una voz.
—No te muevas, ¿debes ser un espía del clan indura no es así? Dime que es lo que estás buscando aquí— sentenció el ninja de la dinastía escarlata.
—Esa voz ¿Hanzo eres tú? Soy Beckett, maldito estúpido, me asustaste idiota, debes tener cuidado en tu forma de aparecer— reclamó Beckett mientras se ponía de pie.
—Beckett maldición agáchate.¿Qué demonios estás haciendo aquí? ¿Sabes que ya te están buscando por órdenes directas del maestro Kenji? ¿Y aún así vienes hasta aquí?— cuestionó Hanzo.
—¿Tan rápido ya me están buscando?Escucha hermano, tengo que hablar con el maestro Kenji, hace no mucho tiempo me topé con una ninja del clan indura y por lo que veo también quieren mi cabeza. Tengo que descubrir que es eso que llaman "la orden de la sombra escarlata" ¿Podrías ayudarme a llegar al gran templo? No puedo hacerlo sin ti viejo. Solo necesito que distraigas a los guardias para lograr escabullirme y así poder hablar con el maestro Kenji— expresó Beckett.
—Maldición tú harás que nos maten a los dos, pero bien, creo que puedo crear una distracción, pero tendrás que entrar rápido. Bien en cuanto veas que los guardias se retiran tendrás que darte prisa, solo espera y ten mucho cuidado— dijo Hanzo resignado.
—Muchas gracias hermano sabía que podía contar contigo, espero que pueda verte pronto o después de esto. Ahora tienes que cumplir con esta misión, te lo encargo— dijo Beckett mientras miraba a su amigo partir.
El joven ninja esperaba pacientemente oculto entre las sombras. Observaba a lo lejos como los escoltas patrullaban sobre la muralla, buscaba con la mirada el momento en el que Hanzo creara esa pequeña pero importante distracción para que él pudiera infiltrarse en lo que antes era su hogar. Pasaron varios minutos hasta que pudo observar como los guardias bajaban corriendo y se dirigían hacia el lado sur de la aldea, en ese instante se apresuró a la entrada.
