Perdóname 《K I M T A E H Y U N G》

28.

Alice no dijo ni una palabra en todo el camino.

—Alice ¿que te dijo Yuna? No entiendo nada—preguntó Raven más de una vez, pero su amiga no le dio explicaciones.

Al llegar a casa se toparon con su padre.

—¿De donde vienen?—interrogó James al notar el rostro desabrido de su hija.

Raven trató de inventar algo rapido pero solo logró balbucear algunas vocales.

—Solo salimos a pasear, nos iremos a acostar—respondió Alice y se dirigió a su habitación seguida por Raven.

Una vez ahí, cerró la puerta con seguro y se sentó en su cama con la misma mirada perdida que tenía desde que había entrado al estudio de Taehyung y había visto aquellas horribles fotos de Mei.

—¿Me explicarás que pasó?—insistió Rave por decimoquinta vez.

—Yo... no puedo ayudar a Taehyung—respondió.

Raven la miró extrañada y aun más curiosa se sentó a su lado para rodearla con su brazo.

—Y si pudiera hacerlo, no sabría como—agregó.

Alice por fin se acomodó frente a su amiga y empezó a explicarle todo con detalle, incluso lo perspectiva que Taehyung tenía y por qué ahora todo estaba más claro.

● ● ●

Ninguno se busco, ni escribió o llamó.

Alice regresó a casa con su madre Hally e inició sus clases terminando el verano.

Taehyung continuó trabajando con James, ahora ya podía entrar a casa y decidió concentrarse en su trabajo, justo como lo hacía antes de haberla conocido.

Una que otra vez James pronunciaba el nombre de Tae, cuando salía a almorzar o de compras con Alice, pero ella ni se inmutaba, solo sonreía y dejaba a su padre continuar con la historia.

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El verano siguiente, Alice no volvio a casa de su padre, se quedó con su madre y James venía a visitarlas cada fin de semana.

Había veces que Alice pensaba en él, muy pocas veces después de haber pasado un año sin verse, pero de todos modos lo hacía.

Se preguntaba cómo le estaría yendo, si tal vez ya había conseguido una pareja o si ya habría superado a Mei.

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Cuando Alice había empezado nuevamente su ciclo universitario, su padre fue a darle el encuentro en el campus.

Recordaba ese día perfectamente, pues al ver bajar a su padre de su auto, pudo divisar a alguien sentado en el asiento del copiloto.

—Alice ¿que tál tu primer curso?—Preguntó su padre al llegar a ella.

—Bien ¿Trajiste lo que te pedí?—.

Su padre sacó un libro de finanzas de su maletin y se lo entregó.

Alice sonrió—Gracias—.

Dirigió su mirada nuevamente al auto de su padre, exactamente al asiento de al lado. Había alguien ahí y sabía perfectamente quien era.