Pensamientos y cigarros

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Hoy es un día nublado,
nublado como mi amor por ti,
nublado como mi vida,
nublado como todo a mi alrededor...

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Este frío invierno ha achacado la esperanza de mi vida,
ha deshecho mis ganas de seguir,
ha borrado mis recuerdos felices,
y ha hecho de mi un ser más cínico que de costumbre.

El invierno hizo estragos en mi,
me cambió por completo.

Camino por las calles vacías en busca de una pizca de felicidad,
pero no hallo nada...
Nada más que una ensimismación y soledad absoluta.

A mi memoria llega el invierno pasado cuando todo era diferente,
cuando había vida en las calles y parques pese al frío.

La pandemia nos ha cambiado y al ritmo de vida también.
Todos tememos de todos y usamos tapabocas.

Qué irónico.
Ahora se puede mentir mejor,
ahora se puede decir "estoy bien" sin mostrar sonrisa, pues la misma máscara te cubre el rostro.

Me siento en la banca de un parque cercano a casa,
veo las flores y el pasto marchito,
marchito como mi salud y mis ganas de sobrevivir a este oscuro año.

Saco mi cajetilla, hoy está completa, he decidido disminuir mi consumo diario.
Mis Philips Morris están enojados conmigo, hace mucho que no tocan mis labios,
deben entender que quiero alargar un poco más mi estadía terrenal.
En esta soledad absoluta y cerrando mis ojos escucho los latidos de mi corazón.

Y como la lluvia que cae en la fría noche de invierno,
como las nubes que se amontonan en inmensos nubarrones,
como el velo que cubre mi rostro fingiendo que todo está bien,
como la oscuridad que me acecha todas las noches,
como todo lo que queda por aguantar.

Así es como llega ese sentimiento de nuevo, esa especie de vacío, de nada misma.
De estar haciendo algo bien y creer que está mal.
De desconfianza, de inseguridad, de idiotez.
De tomar decisiones y luego arrepentirte.

Insegura, me dicen muy a menudo.
Supongo que lo soy en algunos ámbitos.

Primer cigarro acabado.

Comienzo a pensar que tal vez me equivoqué al asimilar muchas cosas y tomar desiciones drásticas.
Tal vez, todo habría sido diferente si elegía algo más.

Segundo cigarro acabado.

¿Por qué es tan difícil amar?
¿O qué es lo que, realmente, lo hace complicado?

Tercer cigarro fuera.

Jumm... Creo que es más difícil parar cuando comienzas a engancharte de eso que te hace tan bien. Ese vicio tan hermoso, tan parecido al cigarrillo.

Creo que el amor te hace bien pero a la larga te mata, aunque no siempre.

Cuarto cigarro, debo parar.

Bueno, fin, no puedo seguir pensando y ensimismandome con el "¿Qué hubiera pasado si...?
Lo que pasó fue porque debía ser así.

Quinto cigarro, mejor lo deshecho.

Amo lo que escribo pero más amo a quienes me leen.
Plasmar mis palabras acá retrasa mi inevitable pérdida absoluta.
Esta pronto a finalizar. Pero será lo mejor...

Escribo para no sentirme solaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora