Validez

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Recorrí todos los universos en busca de una señal que me dijera:
"La validez que te dan los demás no significa nada en comparación con la propia..."

Los recorrí una y mil veces.
Fui y volví unas cuarenta mil más.
Abandoné por un tiempo la búsqueda pero luego la retomé con fervor.

Un día de tantos, llegué a un universo llamado "Dependencia" en el cual me recomendaron que la validez de los otros, los demás, era un pilar fundamental en mi vida. Me aclararon que era mejor la aceptación ajena osea que solo debía acatar órdenes del exterior. Y si algo estuviese mal en mi, debía repararlo de inmediato y satisfacer a "los de afuera", los entes que me otorgarían la validez que me correspondía según mi semblante pulido, juzgado y criticado por ellos. Ya que, según éste universo, ellos poseían el don de determinar quién era válido y quién no según qué tan pulido con sus críticas estabas.
•Durante un largo tiempo acepté lo anterior como lo correcto. Cambié mi manera de ser para obtener la validez ajena porque mi subconsciente sostenía que era infeliz si "los de afuera" no me daban valor.

Después de cansarme (por primera vez) volví a buscar otra respuesta, volví a recorrer universos.
No había andado mucho cuando llegué a un nuevo universo, éste tenía la particularidad de que parecía triste. No fue muy difícil comenzar a sentirme así, apenas habiendo llegado a ese lugar... Allí me dijeron que yo carecía de validez. Que todos somos nada ante todos los universos y que ni siquiera importaba la validez de los demás. Dijo un sin fin de cosas tristes sobre mí, pero la que más me dolió fue que yo no le importo a nadie... El universo se llamaba "Vacío" pero yo preferí llamarlo "La nada" o "Depresión"
•Otro largo tiempo más pasó y yo me quedé a vivir en él, aceptando sus condiciones: que no era nadie, que a nadie le importaba y que no tenía valor. Conocí otras personas ahí. Que me hacían creer que eso era cierto con su forma de ser, para conmigo.

Pero no todo fue tristeza todo el tiempo, porque después de cansarme (por segunda vez) me armé de valor y salí a buscar otra respuesta. Con mucho dolor en mi alma y casi destruida encontré un universo que creí perfecto... Se llamaba "Fantasía" y me pintaba en montones de colores que yo era perfecta y que todos eran buenas personas. Que todos somos válidos y nos merecemos lo mejor y que siempre hay alguien que nos quiere. O, al menos, eso demostró por un corto tiempo... Después de darme personas que fingían darme el valor que me merecía, después de tenerme en la cúspide de la autoestima, después de darme toda la felicidad que perdí en el universo anterior... Me golpeó con la dura realidad y era que, tal cual su nombre, todo era una fantasía. Los demás comenzaron a mostrar sus verdaderas facetas, sus verdaderas caras y todo lo pintado con colores se convirtió en algo descolorido y oxidado.
•No duré mucho tiempo ahí. Salí huyendo apenas se acabó la fantasía.

Vagando anduve, desde entonces, con las tres anteriores ideas de validez rondando en mi cabeza. Destruida, medio dependiente, desconfiada y deprimida porque ninguna respuesta me sirvió. Solo fueron cosas banales que terminó por acabar mi personalidad, fragmentándola e incapacitando mi sentir hacia cualquier especie.

Me tomó muchos años pero, después de tanto cansarme (por tercera vez) al fin hallé la respuesta correcta...
"La validez propia es mucho más importante que la de los demás". La conseguí en un universo llamado "Realidad" en el cual también reunía las anteriores características.
•Me atemoricé al imaginarme pasar por lo mismo de nuevo, pero el universo me tranquilizó. Me dijo que dentro de él estaban las otras características porque era diverso y cada uno elegía la que mejor le convenía, la que le parecía correcta. Pero (les cuento un secreto) a mi me ayudó a elegir la mía porque sabía, de alguna manera, todo lo que yo había pasado. Desde entonces, poco a poco he ido recuperando mis partes perdidas en los otros universos.
También aprendí un consejo y es que no debemos esperar a que alguien nos dé la validez que quiera. Nosotros debemos demostrar que somos válidos sin esperar nada de nadie.

Yo, hoy por hoy, elijo darme la validez que me corresponde. Amarme, cuidarme, mimarme y estar para mí misma. Hoy y siempre.

Mi lugar favorito es cuando estoy bien, conmigo ❤️
Y, también debería ser el tuyo...

Recuerda que al final del día quien está completamente para ti, eres tú. ❤️

Escribo para no sentirme solaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora