Colorín colorado

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La princesa esperó y esperó en el balcón de la altísima torre que la aprisionaba.
Esperó y esperó la vuelta del gran amor que la había hecho tocar el cielo con sus caricias y cariños.
Esperó y esperó pero nunca volvió...

Comenzó, entonces, a preguntarse qué había hecho mal. Tal vez fue su carácter o la mala manera con que le dió fin a ese amor extravagante.
Tal vez fue el deterioro de su paciencia, al no querer soportar más nada. O tal vez fue su actitud fría y distante la que hizo que él se marchase.
Fuera lo fuera, ella no iba a seguir esperando ni mucho menos replanteándose si lo que decidió fue lo correcto o no.
Era tiempo de actuar.
Ya no había hecho que lamentar.

Se armó de valor y comenzó a idearse la manera de salir de esa estúpida torre. Pero, para ello, debería enfrentarse a los cientos de demonios que yacían fuera de su segura habitación.
Temía, sí. Temía mucho.
Continuamente se preguntaba si podría salir de allí. Si lo lograría o si fracasaría perdiéndose para siempre en un limbo oscuro y de eterno sufrimiento.
Cuando ella pusiera un pie fuera, ya no sería más una princesa común y corriente. Se convertiría en una guerrera.
La princesa guerrera que se salvaría sola, a cualquier costo.

Rompió las cadenas de ignorancia que poseían la pesada puerta de tristeza, y se adentró en la oscuridad del largo pasillo.
En él enfrentó a todos los demonios que la tenían presa de su dolor infinito, llevándose como premio un montón de heridas y marcas que tardarían mucho en sanar.

Al llegar a unos extensos escalones se encontró frente a frente con el rey de los demonios: el pasado, quien se burlaba constantemente y le colocaba espejismos en el intento de hacer que ella huyera despavorida a su alcoba.

La princesa lo enfrentó. Lo destruyó con una simple frase: "Ya no te temo".
El rey cayó de rodillas y pidió perdón por haberla hecho sufrir tanto todos esos años.
En cuanto él comenzó a desaparecer, la torre se venía abajo. Al final realmente era más grande de lo que parecía en el exterior.

La princesa comenzó a correr, con el vestido hecho jirones, llegando a la entrada de su estúpida prisión.
Abrir la puerta principal era el último esfuerzo que debía hacer y sería libre para siempre. Tal vez, después de todo, si existía el "happily ever after" pero sin un príncipe azul a su lado.

Comenzó a empujar pero no conseguía abrirla, estaba cansada y sólo quería echarse a dormir o a llorar en el frío suelo.

¡No! No podía darse por vencida.

Un último esfuerzo más...

No, no puede. Creyó que el rey demonio era la prueba más difícil, pero la realidad es que lo más complicado es el intento de salir de allí.

Un último esfuerzo, capaz ahora se puede abrir...

No, es demasiado. Una parte de ella quería quedarse mientras todo seguía cayendo a su alrededor y hundiéndose en un foso oscuro sin fin.

Se sentó a pensar, como toda su vida había hecho... Siempre cuestionándose y pensando todo dos veces. Siempre queriendo elegir lo mejor, temiendo a la equivocación.

¿Por qué tenía que salir? Tal vez todo estuviera mejor así, con ella bajo los escombros.

¿Por qué el príncipe la abandonó cuando más lo necesitaba? Capaz estar sola era su destino.

¿Por qué ella no podía salir por su propia cuenta? Porque era mujer y las mujeres están destinadas a ser rescatadas por un hombre. No por ellas mismas.

¡No! ¡Basta! Ella iba a cambiar eso.

Se levantó, se sacudió los pedazos de ropa rota y prosiguió a seguir empujando la puerta hasta que se abriera.

Una vez.
Esto es muy difícil. Es difícil aceptar la salida.

Dos veces.
Tal vez no lo logre. Debería resignarme a quedarme aquí.

Tres veces.
Siento que se está abriendo. Vamos una vez más. Solo una más.

Cuarto intento.
Bueno, es muy agotador esto.

Quinto intento.
¡Lo estoy logrando!

Sexto intento.
Un poquito más y podré salir después de tantos años.

Séptimo y último intento...
Al fin.
¡Lo logré!

Es de día. Un hermoso día.
Hoy es un festejo, conseguí salir de mi torre oscura.

Jamás volveré allí. Por ningún motivo.

Nunca jamás.

Y colorín colorado, la princesa guerrera se salvó sola sin esperar nada de un tarado.

Fin...

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❤️ Súper recomendado su trabajo. ❤️

Escribo para no sentirme solaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora