Capítulo 9

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12 de febrero del 2020.

Fue un día completamente diferente. No hable todo el día en el instituto. Alex trataba de hablarme pero yo lo evitaba por completo, al igual que mis compañeros de clase. Muchos estaban confundidos, preocupados y otros les daba igual. Caminaba a las canchas de baloncesto, tenía entrenamiento ese día. Pero me llego un mensaje cuando llegue; era de mi madre.

Vane: El funeral es a las 2:00 p.m. no debes de faltar eres la que podrá hablar con ella, tu hermano James está aquí ya.

Di un gran suspiró para luego guardar mi celular, miré de frente y ahí estaban todos los chicos de baloncesto entrenando. Pato vio que estaba ahí ya que me sonrió y saludo. Yo lo saludé para luego bajar la mirada lentamente y él solo se confundiera.

Patrick, si pudiera explicarte como me siento, entenderías. No te sientas mal por mí. Estaré bien.

El entrenador les habla a todos los chicos y los reúne. Les contaría por qué James no está entrenando. Acerté. Todos los chicos me vieron, fui con mi entrenador para contarle del funeral.

—Entrenador—Digo con un tono nervioso —No creo poder entrenar hoy, murió mi abuela.

El entrenador me abrazo. Nunca había abrazado al entrenador. Era raro no como el abrazo de Patrick. Era incómodo.

—Tranquila Scarlet, ve a tu funeral y mi más sentido pésame.

Yo le sonreí para luego irme pero Logan se acercó a mí ¿Qué era lo que quería? No era el momento adecuado para hablar o pelar.

—James estará bien ¿Cierto?

No le contesté solo corrí de ahí pero antes voltee atrás y Pato me estaba observando, no con la típica sonrisa. Estaba deprimido.

Tomaba el transporte y pensé en lo que me dijo Logan, solo le importó mi hermano, porque ni tuvo la idea de preguntar por cómo me sentía yo. Que estúpido era. No entiendo que es lo que me gusta de él.

Llegue a la parada y me baje del transporte, estaba enfrente de la funeraria color azul rey de 3 pisos. Solo tenía que atravesar dos calles que eran muy peligrosas o subir por el puente peatonal. Eso no pasaría. Di un suspiro fuerte cuando vi que no llegaba ningún automóvil.

Tuve suerte, jale la puerta para entrar a la funeraria. Cuando entre tuve que pasar por la recepción y preguntar en que parte estaba mi familia. Cuando llegue era un simple y sencillo escritorio, alguien de la tercera edad, se notaba lo cansada que esta por su trabajo.

— ¿Donde esta? —Dije para luego ser interrumpida por la señora de recepción.

—Tercer piso la primera puerta, es la única sala que está ocupada.

Yo no dije nada y solo tomé el elevador al tercer piso. Se abrió el elevador y yo salí, había tres puertas. Abrí la primera y ahí estaban mis familiares, James con el uniforme del instituto, mi primo que es como un hermano para mí. Octavio, alto, piel pálida, ojos color verde, rellenito, tenía los ojos cristalizados y rojos intensos. Como si estuvieran llenos de sangre. No sé cuánto tiempo estuvo llorando. Me imagino que toda la noche. Ahí estaba la única abuela que tenía viva con un pañuelo en su mano. Estaba enfrente de mí el ataúd y mi abuela me abrazo para luego susurrarme.

—Haz lo tuyo, dile todo lo que le quieras decir, ve por última vez su alma.

Camine lentamente al ataúd negro con alrededor muchas flores, ahí estaba, pálida sin signo de vida alguno. Soy como la bruja de la familia. Veo muertos, sueño con ellos, incluso puedo hablar con ellos. Mi familia lo considera como un don, pero yo lo considero como algo normal. Cerré los ojos para verla en mi pensamiento. Estaba nerviosa. Tarde minutos para poder desconectarme del mundo y estar con ella. Solo éramos ella y yo.

Querida Estrella Fugaz (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora