Desperté en la madrugada, estaba muerta de miedo. Tenia sudor en el rostro y lo primero que hice fue prender la luz.Si, ya superé mi miedo a la oscuridad pero no dejo de sentirme a salvo con la luz encendida.
Tuve una pesadilla.
Soñé contigo, más bien fue un recuerdo. Revivi el día en que estabas borracho y quisiste pegarle a mamá. Tus ojos estaban rojos, podría ser por el alcohol o las drogas, eso nunca lo sabré con certeza. Recuerdo que era de noche y ya venías hace unos días así, tenía miedo, se estaba volviendo cosa de todos los días y Temía lo que eso podría significar.
Estaba acostada en mi cama, como siempre. Mamá estaba conmigo, se había empezado a quedar en mi habitación por miedo a tu locura. No podíamos adivinar el día en que te ibas a poner violento y causar problemas, sólo nos bastaba con prepararnos cada día por si sucedía.
Llegaste en tu auto, bueno, en el auto que compró mi mamá pero tú decidiste ser su dueño.Fuiste al almacén y comenzaste a abrir todo tipo de botellas de alcohol, como un niño rebelde, pero no eras un niño.
Te metiste en la pieza hasta emborracharte por completo, luego, decidiste subir a molestarnos.Sentía cada paso que dabas al subir la escalera. Era como estar viviendo una película de terror, cada paso era un centímetro más cerca de nosotras. Tenía mucho miedo.
Lograste subir. Estabas completamente cegado y sólo veías a mi mamá, no te importó que yo estuviera allí. La obligabas a bajar pero ella se negaba, sabía muy bien lo que le esperaba si te obedecía.
Me sentí débil.
Me sentí inútil por no poder hacer nada.
Mi madre me necesitaba y yo no pude ayudarla.
Comencé a gritarte pero no me escuchabas, ni siquiera me mirabas, yo no existía para ti. La voz se me quebraba y no podía hacer nada. Quería decirte que la dejaras en paz, quería decirte que nos dejaras vivir en paz...
No aguanté. No lo logré.
Rompí en un llanto fuerte, yo creo que fue más bien un ataque de nervios. Grité a la misma vez que lloraba con todas mis fuerzas. Me movía de un lado a otro y no podía parar. Después de que me gastara todas mis fuerzas, decidiste mirarme.
Notaste mi presencia, pero eso no te importó mucho.
Me miraste a los ojos, mi rostro estaba empapado de lágrimas y no te importó. Volteaste la mirada y seguiste con tus amenazas.
Quería tirarte de las escaleras.
¿Estaba mal querer hacerlo?
Sin embargo, no tuve el valor para hacerlo.
Temia que sí lo hacía, tu grande cuerpo te salvaría y lo único que yo lograría es que te pusieras peor.
Solo por eso no lo hice.
Por un momento mi vista se cegó, ya no me quedaban lágrimas para seguir llorando. No sé cómo o en que momento pasó pero te habías ido, aunque seguías gritando desde abajo.
Corrí en brazos de mi madre, ella estaba igual de aterrada que yo pero fingía ser fuerte por mí.Esa noche no pude dormir, mi oído comenzó a desarrollarse tanto como para escuchar desde lejos cada movimiento tuyo.
Esa noche lograste dejarme una marca, al igual que todos los otros días. Ese tipo de escenas se volvían constantes.
Desde esa noche, comencé a entrenarme para esperar a que la bestia atacara en cualquier momento, a cualquier hora.
Esa bestia eras tú.
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Las cartas que nunca te di [COMPLETA✅]
Krótkie OpowiadaniaSiempre existe una persona que nos rompe por completo, esa maldita persona por la cual nos volvemos hielo. A mí me han roto. Me han convertido en un gélido hielo. ¿Quién ha sido el culpable? Mi propio padre... ✅✅✅ Historia corta. 🚫Todos los derecho...