Treinta y cinco | Hulk

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"Los árboles gritan de dolor al morir, pero tú no puedes oírlos.",

La Princesa Mononoke.


Odaiba, Tokio

Domingo 29 de septiembre de 2013, 6:58 p.m.

Fumiko Hida esquivó los cuerpos de las decenas de personas que le entorpecían el camino. Empujó sus espaldas sin ningún tipo de compasión y recibió golpes y codazos de quienes eran más grandes y andaban más despistados que ella. Se tomó unos segundos para recuperar el aire cuando pudo librarse de la muchedumbre que se agolpaba frente a las pantallas de los grandes edificios de Odaiba, que no habían dejado de emitir todo aquello que estaba ocurriendo en Whisimbell desde que empezó. Se llevó una mano al pecho. La sensación de angustia de ver a su único hijo ser golpeado hasta la extenuación se instauró en ella de manera abrupta, y tuvo que obligarse a tragar saliva y a volver a correr para evitar derrumbarse en mitad de la calle. Al cruzar el semáforo en verde se encontró con su padre: sus ojos severos se desviaron hasta ella por un segundo.

–Nadie atiende a razones, papá –le dijo–. ¡Nadie lo entiende! Nadie entiende la gravedad de todo esto. La vida de mi hijo se ha convertido en un espectáculo.

Sus manos temblorosas se dirigieron hacia su cara, que amenazaba con llenarse de lágrimas, y tuvo que tomar aire y soltarlo de manera entrecortada para no dejarse llevar por la desesperación. La tranquilidad de su padre, lejos de contagiarle como solía hacer, la puso aún más nerviosa. Se apartó un mechón de pelo castaño de la cara con brusquedad, se llevó las manos a las caderas y miró el suelo para tomar una gran bocanada de aire.

–Tranquilízate, Fumiko –murmuró el anciano. Sus ojos no se apartaron de la pantalla en la acera de enfrente–. Cody estará bien. Es fuerte.

–Ya sé que es fuerte –sacó el teléfono móvil del bolsillo de su pantalón y comenzó a teclear cuando dio con el apellido Inoue–. Pero ese lugar es espantoso y nadie está haciendo nada por sacarlos de ahí. Solo los están utilizando para divertirse.

–Confía en Cody.

Fumiko apartó el teléfono de su cara y lo miró. Su padre continuaba con la vista clavada en la pantalla que había al otro lado de la carretera, con las manos juntas en su espalda y gesto indescifrable, como si él no hubiese visto lo que le habían hecho a su propio nieto. Bufó, exasperada, y regresó a su móvil.

–Van a reunirse otra vez en el hotel –le informó–. La señora Takaishi dice que ha encontrado algo nuevo.

Sin esperar una respuesta del anciano, pasó por delante de él y se puso en marcha. Chikara Hida se tomó cinco segundos más para mirar la pantalla, en la que podía ver a su nieto yacer inconsciente y repleto de sangre en el suelo de un mundo que, hasta el momento, todavía se escapaba de su comprensión. Viendo a Cody, pudo darse cuenta de que no importaban los años que él viviera y la sabiduría que adquiriera con su experiencia; nunca podría saber lo que significaría estar en su lugar. Con una nota de admiración congestionada en su pecho, inspiró el aire para enderezar su espalda y girarse hacia la derecha. Su hija se había detenido a diez pasos y lo esperaba con esa especie de calma nerviosa que él, aunque no demostraba, también tenía.

La China, Whisimbell

Los destrozos se habían extendido por el campo de batalla desde que Goku había entrado en combate, y comenzaba a resultar complicado encontrar huecos de suelo y muro que no estuviesen convertidos en escombros. Los gritos de las personas tras las rejillas metálicas ensordecieron a los presentes cuando el cuerpo de Pyrus desapareció como si nunca hubiese estado ahí. Ari se metió la mano en el escote para sacar el artefacto que le había quitado. Pero, antes de que lo hiciera, el cilindro plateado ya había desaparecido de su pecho. Miró a Jake. El chico le devolvió la mirada, que no supo si le resultaba tranquilizadora o amarga, y luego ambos llevaron la vista hacia la pantalla. Después de que apareciera el ya tan conocido "READY?", Ari se giró hacia su próximo oponente mientras la palabra era sustituida por "ROUND 1".

Digimon Adventure: WhisimbellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora