Capítulo 24: Una acción vale más que mil palabras

8.9K 447 108
                                    

                                        LUKE

—¿Podrías dejar de quejarte Zack?— le pregunto cabreado sin dejar de conducir.

El no dice nada, solo refunfuña mientras se acurruca en el asiento.

—¿Ahora no me dirás nada en todo lo que reste de camino?— vuelvo a cuestionar enarcando una ceja.

—No tengo nada que decir— tamborilea sus dedos en la ventana del auto —Sabes que odio estas putas citas.

Al escucharlo, no puedo evitar preguntarme porqué siendo todos estos años yendo a citas al médico—las cuales ya se han convertido en rutina en la vida de todos nosotros — le siguen molestando.

Siempre son los mismos chequeos, preguntas, y tratamientos, que hasta yo creo que me los aprendí de memoria. Son simples y cortos. Aunque, yo no soy nadie para opinar sobre el tema, porque a mi no es al que le está pasando todo esto, no soy el que tiene que soportar el atosigo de los médicos, y sobre todo de mi familia.

En cierta forma puedo comprender lo difícil que es para Zack. No del todo, porque sinceramente sería mentir, pero si logro hacerlo, al tener la oportunidad de estar a su lado todas estas veces que me deja acompañarlo a estas citas. Las cuales son algunas veces, porque Zack siempre cambia de acompañante.

Pero ahora estas se sienten muy diferentes al saber que el tratamiento que está teniendo ahora no le está haciendo efecto, y qué posiblemente haya que tomar otras medidas.

Me atrevo a decir que se siente aterrado, y trata de ocultarlo a través de su molestia.

—Dime qué cosa tú no odias— suspiro sin dejar de mirar la carretera.

—Dormir en mi cama sin que nadie me EMPUJE DE LA CAMA, por ejemplo— recalca esas palabras irritado.

Río fuertemente al recordar como lo desperté. Ya era la hora de irse, y Zack seguía durmiendo después de almorzar, ya habían pasado más de 2 horas desde aquello.

Mamá lo trató como si fuera todavía un bebé para despertarlo, y como él no despertaba y ya se estaba haciendo tarde para llegar a la cita, yo lo lancé de la cama, escuchando el estruendoso sonido que hizo su cuerpo al caer.

—Oh, lo siento su majestad— lo molesto —para la próxima lo traeré en su cama, al hospital. Así no nos demoraríamos en llegar porque tú estás durmiendo como una marmota.

—Que gracioso eres con un anémico— se burla —Creo que casi me meo de la risa. Debería anotarlo en "Chistes para anémicos" 

Yo lo observo de reojo con una sonrisa en mi rostro.

Desde que a Zack se le diagnosticó con anemia, el siempre ha sido bromista sobre el tema. Al principio con mi familia lo encontramos un poco cruel, pero con los años nos fuimos acostumbrando a sus bromas y comentarios. Al final no tenía nada de malo, y si él lo aceptaba y no le hacía daño, no había problema.

—Agradece que viniste conmigo y no con mamá— le comento frenando cuando el semáforo se coloca en rojo —O con papá.

—No voy a agradecer nada porque no quería venir.

—No es cuestión de que quieras o no, y lo sabes— lo observo detenidamente.

Zack me imita haciéndome reír.

—Pareces un abuelo hablando así— yo ruedo mis ojos —Avanza.

Vuelvo mis ojos hacia el frente, y avanzo por la carretera. Trato de cambiar la música de la radio, pero el me frena.

Enamorados por Accidente [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora