PREFACIO.

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Kransford

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Kransford. 1993.

Era una tarde fría de diciembre, el sol ya se estaba poniendo, las grandes nubes que se habrían paso a lo largo del cielo, pasaban en silencio llevando consigo la espesa humedad del ambiente y el olor a tierra mojada, pues estaba a punto de desatarse la tormenta.

El sonido de un trueno se escuchó a lo lejos, justo cuando Célina dejaba la habitación del motel "Paradise" donde se hospedaba, para realizar algunas compras de último minuto, pues esa misma noche se trasladaría a un pequeño departamento que la familia de su mejor amigo le prestaría, al menos hasta que pudiera alquilarlo.

Ya fuera del edificio, Célina miró a su alrededor, la calle estaría desierta a no ser por los pocos coches que pasaban. Suspiró y metió las manos en las bolsas de su chaqueta, comenzando a caminar cabizbaja, rápido y en silencio para que nadie la viera.

Se detuvo únicamente para mirar dos veces a la calle y cruzar hasta llegar al súper.

Una vez dentro, tomó un carrito y lo llevó arrastrando hasta la sección de pastas y enlatados, en donde tomó rápidamente todo lo que necesitaba y se dirigió a la caja a pagar.

-Hola, buenas noches. -dijo amable la cajera a Célina con una deslumbrante sonrisa. - ¿Encontró todo lo que buscaba?

Célina se puso nerviosa, ya que no era de hablar mucho con personas desconocidas, así que, para evitar responder a la dependienta, opto por entretenerse, sacando del carrito lo que había tomado de los estantes sin mirar a la chica y posteriormente asintió sin emitir ninguna palabra.

Una vez pagada las cosas y fuera del súper, recorrió nuevamente el camino hacia su cuarto de motel en completo silencio, con la mirada perdida en sus pensamientos.

La joven chica se preguntaba una y otra vez si en esta ocasión podría vivir en completa paz en la vivienda de su amigo, si podría hacer su vida allí, comenzar de cero, sin que alguien de su pasado o los errores cometidos a lo largo de su vida, la arrastraran consigo de nuevo hacia la oscuridad, hacia el tormento que había experimentado con anterioridad, el cual fue el mismísimo infierno.

Se había convencido varias veces que sí, que esta oportunidad solo se daba una vez en la vida, más en la suya y la aprovecharía como dé lugar. Ya estaba todo planeado, contaba con una nueva identidad, un nuevo nombre que la ayudaría a pasar desapercibida y hoy mismo se mudaría para comenzar una nueva vida.

Por fin veía una luz al final del abominable y letal túnel.

Cuando iba a medio camino de su destino, percibió que un pequeño escalofrió abrazaba su diminuto cuerpo, no se trataba de la temperatura aparentemente baja que inundaba la pequeña ciudad de Kransford, era algo más, algo familiar que había olvidado por completo al tratar de sucumbir a una vida ordinaria, lejos de los suyos.

VÁSTAGOS. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora