CAPÍTULO 15.

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—¡Hermana!—escuché que una vocecita, a lo lejos, decía mi nombre

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—¡Hermana!—escuché que una vocecita, a lo lejos, decía mi nombre.—Alex.—sentí que palmeaba mi cabeza.

—Que.—respondí adormilada, sin abrir los ojos.

—Hay un hombre en la casa.—susurró en mi oído.

—Mmja.—gemí sin importancia.—Es papá.

En esta ocasión se quedó callado y al instante sentí como una de sus manos se posaba en mi nariz, cubriendo mis fosas nasales.

Me levanté de golpe, quitando la palma de Thomas de mi nariz, cuando ya no pude aguantar mas la falta de oxigeno. 

—¡Que te pasa!—grite, molesta, despertando por completo.

Odiaba cuando hacia aquello, a pero no se lo hagas a él porque el niño llora. 

—Shh—dijo tapando mi boca.—Te va a oír.

Fruncí el ceño.

¿Quién me oiría? ¿Los fantasmas? ¿Su amigo imaginario?

Lo miré confusa sin saber la razón de su actuar. Thomas aún andaba en pijama, descalzo y pequeñas gotas de sudor bajaban poco a poco de su frente. Mi expresión cambió por completo al ver sus pequeños ojos azules, los cuales estaban un poco desorbitados, supuse que por el miedo y nerviosismo que estaba experimentando.

¡Oh no! Esto no me gustaba para nada.

Aparté suavemente la pequeña y sudorosa mano de Thomas de mi boca, dejándola libre sobre mi cama y limpie la humedad en la blusa que traía. ¡Que asco! 

—¿En serio hay alguien...?—pregunte, aún incrédula. 

Mi hermano asintió, abrazándome con tanta brusquedad que hizo que cayera de espaldas en mi cama y quedando encima de mi, correspondí fuertemente el abrazo.

—¿Papá dónde está?—susurré.

—Se fue a trabajar, mamá vino a dejarme temprano y...

Se quedó callado, sollozando cuando escuchamos ruido en la planta baja de la casa.

Me puse nerviosa y mi corazón comenzó a agitarse y repentinamente me vinieron a la mente las dos siluetas que vi ayer. 

¿Será que esas personas estaban observando la casa porque querían entrar a robar?                  Pues al parecer lo consiguieron.

Aunque no podía ser cierto, eso era producto de mi imaginación, de mi ensoñación, dos personas no pueden desaparecer así porque si. Deben de ser personas diferentes las que están en este momento en la casa.

Una parte de mi sintió alivio por pensar en aquella teoría, pero la otra mitad, aun estaba en alerta por lo que estaba pasando. 

Rodee por mi cama, aun con mi hermano sobre mi, me hice a un lado y me levante con cuidado.

VÁSTAGOS. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora