CAPÍTULO 5.

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Desperté por el constante sonido de mi alarma

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Desperté por el constante sonido de mi alarma.

-No puede ser-Susurré.

Me puse boca arriba, aún con los ojos cerrados. A tientas tomé el reloj de la mesita de noche apagando el sonido. Abrí un ojo y miré la hora. 6:30 de la mañana, ¿en serio? desperdiciando mis preciadas horas de sueño solo porque se me olvidó apagar la alarma, si para tonta no se estudia.

Volví a cerrar mis ojos para tratar de dormir, no funcionó.

Rindiéndome me levanté de la cama y fui al baño, me cepillé los dientes para después enjuagar mi cara.

Sali de la habitación y bajé a la sala para pasar el rato ya que nadie despertaba aun.

Una vez ahí, tomé el control de la TV y la encendí, la dejé en una película de detectives para después acostarme en el sillón.

Era viernes, último día de clases y termino del ciclo escolar.
Mientras mis amigos disfrutarían de las largas vacaciones, yo tenía que recuperar mis materias perdidas si quería pasar de semestre. Suspiré.

Escuché pasos en las escaleras.

-Hola Alex-dijo una vocecita adormilada, llegando al sofá. -ya que estas despierta, ¿Puedes servir mi cereal?

-No-fue lo único que dije, sin mirarlo.

Sonreí cuando escuche sonido en la cocina.

Me levanté del sofá para ir con él.

Había puesto una silla frente al refrigerador para alcanzar su cereal, pero aun así no pudo tomarlo.

-Que enano estás-dije poniéndome de puntitas para alcanzarlo. Lo dejé en la mesa mientras mi hermano acomodaba la silla en su lugar. Él me puso mala cara.

-Buenos di... -dijo papá, entrando a la cocina y al verme guardó silencio-¿Qué haces despierta? no me digas que se hizo tarde para dejar a Thomas a la escuela-dijo preocupado.

-¡JA JA! Que chistoso papá y no, no se te hizo tarde, yo me levanté temprano-me senté en la mesa frente a mi hermano.

-¿Ese milagro? -preguntó, desconcertado.

-Nada- me encogí de hombros-es que no apagué la alarma. -me levante de la silla para tomar un tazón y servirme cereal con leche-Oye papá, tengo que ir a la escuela a las 9:00 para reinscribirme a las clases. -di un bocado.

-Bien, ¿Quieres que te lleve o vas a ir tú? -estaba de espaldas a la mesa, preparándose un café.

-Si puedes llévame tú, tengo flojera de tomar el camión-hice una mueca.

-Cuando no-respondió mi hermano ya con su tazón vacío.

Le saqué la lengua y este me imitó.

-Está bien, te llevo, espero que estés lista cuando regrese porque también tengo que estar en el trabajo a esa hora-respondió mi padre.

VÁSTAGOS. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora