Capítulo 7

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   Tarde en la noche y Jungkook ya acosaba a su víctima como un león hambriento su presa. La oscuridad le brindaba esa seguridad que nunca terminaba por desarrollar de sí mismo, ropas oscuras, máscara pálida y guantes desechables; en su bolsillo llevaba un llavero que hacía ruido con su pequeña navaja.

  Se mantenía oculto entre las sombras que algunos edificios y objetos le brindaba, siempre pendiente de su entorno aunque tuviese la mente distraída. La imagen de él ahorcando a su hyung lo perseguía, carcomiendo la tranquilidad que antes habitaba en su corazón y generando terror ante el simple hecho de que ya no podría mantener una vida partida en dos, ¿Que haría al volver? Sabia que Taehyung estaba molesto, tal vez lo odiaba o le temía... Temor... Sus tripas se revolvieron ante la imagen de Kim llorando y pidiendo a gritos que Jungkook no lo tocará

—Jam-.—Se corto a mitad de la palabra, pensando en como osaba romper el silencio de su personaje.

  Click, una puerta se cierra a pasos de nuestro protagonista, capturando la atención de este mismo y activando sus sentidos casi al instante.

  Un señor, baja estatura, de apareciera débil y cabello oscuro, se hacia llamar Papi por todo subordinado o persona que él creía inferior. ¿Buena persona? No, se dedicaba al tráfico de persona, especialmente niños menores a los dieciocho años. Asqueroso. Todos los sábados, a partir de las 2 a.m, se reunía con gente de dinero en el sótano de una pizzería donde llevaba a cabo el trabajo sucio, vendiendo a los jóvenes como si de comida se tratase.

Jungkook aguardó a que él se acercará por si mismo, sabía que por la puerta trasera estaría esperando una muchacha por su nuevo dueño y no podía permitirle aquel placer. 

¡No, no quiero ir!.—Un golpe seco contra la puerta y el traficante que se acercaba, dando pasos suaves y manteniendo una sonrisa desagradable en su huesudo rostro. Jeon lo miro, manteniendo un rostro serio y meneando su navaja de un lado a otro en espera de el momento preciso y cuando este llego, en menos de lo que vuela una mosca; se lanzó sobre el hombre.

  Papi jadeo ante el impacto, intentando poner resistencia aunque fuese en vano; la parca ya le estaba cortando la piel del cuello.

—M-Me l-lastimas.—Los ojos de Jungkook se abrieron con sorpresa ante aquellas palabras y voz que conocía muy bien. Miro el rostro del sujeto, visualizando el gesto asustado de Taehyung, quién perdía lentamente el brillo de sus ojos y el dulce tono pastel de sus labios se había ido para darle bienvenida a unos labios que no se diferenciaban de la palidez de ese rostro que tenía bajo las palmas de sus manos.

  Sus extremidades temblaron, podía jurar que, incluso, su corazón se sacudía en su pecho.

   Rápidamente soltó el cuerpo junto con el arma homicida, llevo ambas manos a su cabeza mientras se hacía un bollo y se mecia de atrás hacia adelante.

  Ese no podía ser Taehyung, él dormía en su habitación; Jungkook lo sabía, lo había visto antes de salir... ¿Verdad?.

—Yo no mate a hyung... Hyung esta bien... Hyung esta vivo.—Se repitió en susurros, buscando consuelo en si mismo mientras veía la sangre comenzar a deslizarse bajo sus botas oscuras. Nunca había pasado tanto tiempo en la escena de un crimen pero tampoco podía ponerse de pie, continuaba viendo la expresión asustada de Kim en aquella cara que no conocía.

  Pronto, un grito de horror se escuchó por toda la cuadra, Young Mi; una mujer de unos 70 años que volvía del casino, observaba con horror el asesinato que yacía a sus pies.

  Jungkook, como cual conejo asustado es visto por su depredador, se echó a correr, saltando vallas, paredones y todo aquello que se le cruzara en su camino a casa. Su huida había sido tan rápida que había olvidado su navaja en el callejón, claro no lo noto hasta que no llevo una mano a su bolsillo y se percató de que únicamente estaba ese llavero tan brilloso que Seokjin hyung le había dado tiempo atrás.

  Se escondió en el garage de la empresa, para poder revisar todo bolsillo donde metería su arma pero nada, era más que obvio que lo había dejado allí. Miro sus guantes, estos parecían tener vida propia de lo tanto que temblaban sus manos

  ¿Tenia miedo?¿De qué?¿Por qué? No entendía el sentimiento que lo estaba haciendo temblar y transpirar, ¿Así se sentía cuando te veías acorralado? Inconscientemente culpo a Taehyung por haberlo sorprendido aquella vez, si hyung no se hubiese acercado así, el nunca lo hubiese ahorcado y ahora estaría todo bien ¡No! su hyung no podía ser culpable de nada... Su hyung solo quería abrazarlo... Su hyung

—Hyung no me teme.—Susurro al aire. Se quitó la mascara que Namjoon había llamado fea y la dejo a su lado.

  [...] Salió del baño, luciendo únicamente ropa interior negra y una toalla que cubría todo su cuero cabelludo. Miro las calles tras las ventanas de la sala, la policía ya había ido a la escena del delito al igual que él se había desecho de los guantes y todo aquello que lo pudiera relacionar.
 
   Habia sido torpe al quedarse tanto tiempo allí, por primera vez una persona ajena al homicidio lo había visto e incluso él había sido capaz de olvidar algo tan importante como el arma blanca.

—¿Las sirenas no te dejan dormir, Jungkook-ah?.—Hoseok hablo desde atrás, sin lograr sorprender al maknae. Se acercó hasta que ambos quedaron a la misma altura y Hobi solo suspiro para retomar la atención del menor. 

—Hola Hobi hyung... ¿Usted se despertó por eso mismo? —Jeon no volteó a verlo, su vista estaba fija en aquellas luces rojas y azules que alumbraban un barrio entero.

—Si, últimamente me despierto por ruidos como estos, supongo que es el miedo de que la próxima víctima sea en este edificio

  Jungkook quiso reír pero se contuvo. Él jamás mataría a alguien aquí, eso le generaría muchos conflictos.

—Supongo que tiene razón, nunca se sabe quien es el siguiente... Puede llegar a asustar

Hoseok sonrió ladino y miró el mismo punto que su amigo. La falsa tranquilidad revoloteaba por los aires... Falsa porque el único tranquilo era el menor, pobre joven... ¿Quien diría que Jung se había percatado de su salida y su vuelta? Contando el tiempo en que la sirena comenzó a sonar antes de que la puerta principal fuese abierta.

Palabras: 1087

결백 한 Innocent [Vkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora