La nieve está cayendo de forma precipitada... Creo que en cuestión de minutos la visibilidad será de cero.
Tengo que darme prisa a legar a la torre.
No lo negare... Cada paso que dio se hace tan difícil, incluso temo caer.
Pero creo que no estoy hablando solo de la inmensa capa blanca.
Un suspiro sale de mis labios, es demasiado... Siento que no puedo continuar, pero mis pies siguen adelante, como si algo me impulsará.
Me he dejado llevar por eso desde hace algunos años que ya no sé, si está siendo lo mejor.
Los ideales de mi maestro... Aquel que pereció a manos de quien menos lo creía.
Son los que me siguen guiando, sus enseñanzas las guardo como el mayor tesoro y único que me queda.
En lo que puedo confiar.
Pero aun así, duele... Duele demasiado para mí.
Creo que no soy tan fuerte como debería ser el caballero dorado de Aries...
No soy... Lo suficiente para esta labor.
Siento como mis lágrimas quieren brotar, por mis absurdos pensamientos, por mis temores, dudas, miedos.
Pero escucho ese sonido, ese pequeño ruido que de cierta forma, me salvo de mí mismo.
-Es... Un llanto...-
Me detengo en medio de la fuerte ventisca, tratando de saber de dónde viene ese sonido.
Logro localizarlo, no está lejos pero me desviara de mi camino.
Más siento algo que me dice que debo ir, que es necesario que lo haga, que alguien me está llamando.
¿Por qué siento eso?
Mi andar fue apresurado, un débil cosmos me estaba rogando que lo ayudará.
-¿Acaso sería una pequeña estrella que cayó?-
Esa pregunta recae en mí pensar.
Tarto de seguir cubierto con esa capa desgatada, el viento rata de arrancarla de mí, sostengo los alimentos que me deberían durar todo el mes.
Mas nada de eso me importa, al ver de quien provenía ese llanto.
Un bebe, uno muy pequeño, estando envuelto en una delgada sabana, estaba desnudo sin duda, se podía ver la piel de su pecho.
¿Quién no lloraría con este frió?
Si a mí me está congelando y tengo puesta varias capas de ropa.
Mi corazón siente un revuelo de múltiples emociones.
Mis manos se apresuran a tomar al infante.
Soy demasiado torpe, nunca había sostenido a uno antes... Son tan frágiles y pequeños, mis manos podrían lastimarlo.
Lo acerco a mí, sosteniéndolo con una mano, para cubrirlo con esa capa y llevarlo lo antes posible a la torre.
Había sido precavido, cualquier uso de mi cosmos que no fuera para reparar las armaduras, podría ser detectado...
Mas este pequeño, no soportará este clima, de no arriesgarme.
Lo hago para llegar lo más rápido y cubrir al pequeño de este frió.
Dentro el ambiente es más cálido, tengo que encender el fuego y hacer que entre en calor.
Lo siento tiritando contra mí.
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Últimos Pensamientos
FanfictionExplorando mas a fondo la llegada de Kiki a la vida de un Mu adolescente competentemente inexperto, como logro aprender sobre la marcha, los conflictos internos y como supero aquellos. Saint Seiya y derivados son propiedad de Masami Kurumada, yo so...