Capitulo 8 (Seis Años)

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---Seis años---

-Maestro Mu, ¿Lo he hecho bien?- Esa sonrisa traviesa, mostrando como logra ir reparando las armaduras con pequeños daños.

-Sí, lo has hecho bien- Le devuelvo la sonrisa, mientras continuo.

-¿Cree que pronto pueda repararlas como usted?- Deja el casco en la mesa, volviendo a su lugar a mi lado, y haciendo de nuevo el mismo proceso.

-Sí, dentro de un poco lo harás- No quiero hablar mucho de ese tema, siento que nuestro tiempo juntos se está acabando, pero no debo pensar en eso.

-No sabía que el polvo estelar, se obtiene al expandir su cosmos y reducirlo rápidamente, con lo que queda esos residuos- Trataba de él mismo explicar aquella lección que le di hace un tiempo.

Volvió a utilizar el martillo y cincel que específicamente le di, aun no podía utilizar las herramientas celestiales, pero eso no lo detenía de seguir aprendiendo.

Se mira tan concentrado, haciendo su mejor esfuerzo, lleva algunas vendas en sus manitas, ha cometido errores y se ha lastimado a sí mismo.

En esos momentos, recuerdo las veces que me pasó a mí, pero yo no obtuve nada de consuelo.

Al contrario... Unos buenos regaños y reprimenda física me lleve, pero entiendo que debió ser muy duro.

Sin embargó con Kiki, yo... Jamás me atrevería a ponerle un dedo encima, pegarle es algo que no me perdonaría.

Aunque, si he tenido que entrarlo físicamente, sé que la guerra santa se acerca.

El viejo maestro, me lo ha advertido incontables veces.

Me pidió que siguiera entrenando a Kiki de una manera apropiada, lo mejor que pueda y rápido.

Es necesario dejar un sucesor para caballero de Aries.

Si lo pudiera cambiar lo haría, pero esto es algo que ni yo puedo alejarlo.

Además que mi pequeño, se esfuerza por alcanzar mis pasos...

No quiero que lo haga, nunca he querido que pase, pero... Es necesario.

Me he quedado mirándolo, suspiro con pesadez en más de una ocasión.

Como quisiera proteger su sonrisa, que lo único que se preocupará fuera de no lastimar sus manos en la reparación.

Si solo tuvieras que hacer eso, estaría bien... Pero, enfrentar los peligros que conlleva ser caballero de Atena.

Nosotros no tuvimos opción, nacimos para eso.

Quiero que tenga opciones.

Muevo mi mano hacia su cabeza, para acariciar su suaves cabellos, mi mirada se ha tornado triste, el sufrirá en el futuro y no existe nada que pueda hacer para cambiarlo.

Creo que lo he distraído, ha dejado de trabajar, para levantar su mirada, sus ojitos tienen una tonalidad similar al de mi cabello y sus tikas también.

-¿Maestro Mu?- Me pregunta confundido, creo que noto que mi corazón sufre.

-Dejemos esto por ahora- me levanto del suelo, para con paso lento caminar hacia afuera.

No di tiempo de que tuviera alguna protesta, me siguió el paso, es un niño tan obediente.

A fuera el clima se torna frio de nuevo, el atardecer llega.

Camino lento hacia la orilla de aquel lugar tan vacío y solitario en la que he estado viviendo por once años, pero desde hace seis, ha sido mucho mejor.

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