Capitulo 10 (Ocho Años)

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---Ochos Años---

Para este punto, todo se ha sabido.

Fue bastante satisfactorio después.

Saber que la verdadera Atena esta donde pertenece, dirigiendo el santuario.

Sé que existieron bajas, más de las que cualquiera hubiera deseado.

Tuve que explicarle a Kiki, cuando me presente en cinco picos, para brindar mi apoyo en aquel lugar.

Vestir la armadura de Aries después de tanto tiempo, se sintió extraño, pero reconfortable.

Como si... De alguna forma, mi maestro... No... Como lo que es, todos aquellos que vistieron Aries, estuvieran a mi lado.

Me sorprendí como lo tomo mi pequeño, al principio me pregunto ¿Por qué no fui capaz de contarle nada?

Le dije la verdad... Que quería que el escogiera, lo que de verdad deseaba, que no solo lo hiciera por seguir mis pasos.

Después fui bombardeado por tantas dulces preguntas.

-¿Cómo se siente ser un caballero dorado?-

-Todo el entrenamiento que hice ¿Sera suficiente? O... ¿Debo hacer más?-

-¿Me entrenara de manera formal?-

-¿Tendremos que estar en el santuario ahora?-

-¿Podemos regresar a Jamir?-

Todo esto se lo respondí, aunque... Le declare que era mejor hacerlo después de que esta batalla acabara.

Aunque su manera de ser, algo traviesa, hubiera provocado algunas heridas en el caballero del Dragón.

Y que sin duda les causó más de un dolor de cabeza a los muchachos de bronce.

Kiki estaba fascinado por estos jóvenes.

De un momento a otro, deje de ser una figura de admiración, a pasar ser solo de autoridad.

Fue un cambio que se doy en tan solo un tiempo corto.

Dolió, pero... Es parte del crecimiento de todo niño.

Me sentí tranquilo, sé que esto solo sería un corto tiempo, no morí en esta vez, pero nada me garantiza que la próxima algo así suceda.

Por eso, en mi mente es correcto que Kiki comience a encariñarse con otras personas, que entienda que no está solo, si yo llego a faltar.

Su entrenamiento se volvió más arduo.

Así como mi maestro lo hizo conmigo, debía entrenarlo de manera correcta, no quiero que muera... No quiero que salga gravemente herido.

-Ja, ahora comprendo más que antes-

Estoy de nuevo en el primer templo.

-Aires no ha cambiado... Yo si...-

Caminar por este templo, en esta oscuridad, el silenció es tan recortable y aterrador.

No negare que las memorias golpearon peor que antes, no es un dulce, dulce hogar, pero fue lo que conocí de niño.

Tocar estas paredes, son tan frías.

-De nuevo estoy protegiendo Aries... Como siempre debió ser...- Suspire, apretando algo mi mandíbula.

Extraño ser el alumno, pero no importa... Ahora soy el maestro y primer guardián.

Por el momento, todos nos hemos tratado de poner al día.

Con Aldebarán fue bastante fácil, como si no hubieran pasado trece años, solo días... Al fin de cuentas fuimos bastante cercanos de niños.

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