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«Alexander Matthews»

No pude evitar acercar mi silla a la de Harper cuando veía las reacciones que causaba sobre algunos de nuestros compañeros de mesa, pero me sentía ridículo haciéndolo. Realmente ella y yo no éramos nada en concreto, nuestra relación era imaginaria y la cercanía innecesaria. Yo mismo le había dicho tantas cosas acerca de tomar distancias que no me sorprendió en lo más mínimo la mirada de confusión que me lanzó.

Maldije al alemán por darle un atuendo que sí, la hacía lucir bien, pero claramente yo no era el único que se daba cuenta de eso y me molestaba, algo ardía dentro de mi pecho al ritmo de mi corazón acelerado por la molestia que causaban ciertas miradas que debían ser "discretas" pero eran más bien atrevidas.

Me daban unas inmensas ganas de decirle a los del equipo de atletismo que quitaran sus ojos de ella y recordaran que tenía novio quien, causalmente, era yo. Pero sería un atrevimiento de mi parte cuando no tenía ningún derecho sobre ella.

No tardamos mucho en el desayuno y yo estaba realmente impaciente por irme, claro que cuando nos levantamos hice lo posible por que nos alejáramos a toda velocidad de las miradas lascivas de ciertos chicos, pero el rubio detestable me detuvo.

—¡Hey! ¿A dónde crees que vas con Elíz? —preguntó caminando entre nosotros en un gesto molesto, bufé. Me atrapó.

—A cualquier otro lugar lejos de aquí —solté, él la miró y ella se sonrojó casi de inmediato.

¿De qué demonios me había perdido?

—Recuerden que teníamos la fiesta en la piscina después de desayunar. Ahora mismo todos van para allá —nos tomó a ambos de los hombros impidiendo que siguiéramos cualquier otro camino.

—No me siento muy cómoda con esto, Arian —dijo ella con el rostro casi del tono de un tomate. Entonces el extranjero se inclinó cerca y le susurró algo al oído, lo cual la hizo intensificar el color sobre sus mejillas.

Fruncí el ceño.

¿Y estos qué?

Llegamos al lugar en donde sería la fiesta improvisada que apenas se había armado en un par de horas. Para mi buena suerte —o la peor de ellas, ya que el equipo de atletismo estaba claramente invitado— solamente estábamos los asistentes al viaje, los cuales en su mayoría eran compañeros de la clase de Harper y algún que otro invitado de algún otro grado. A excepción de Arian, Molly y algunos padres, todos los demás eran estudiantes del mismo instituto.

Harper obtuvo algunos aplausos y felicitaciones de las personas que estaban ahí, ella recibió algunos de los saludos de manera incómoda. La peor parte de ser la persona que cumple años —al menos para mí— siempre había sido dar las gracias cientos de veces por los buenos deseos.

Cuando ese momento de incomodidad terminó, nos acomodamos en las sillas que había alrededor de la piscina, lado a lado mirando como los demás parecían disfrutar del buen clima.

—Anoche hablé con Dylan —susurró y la miré, pero sus ojos seguían en las demás personas.

—¿Algo interesante? —pregunté intentando parecer indiferente y creí lograrlo.

—Me dijo que le gusto —me tensé.

¿Qué mierda...?

—Vaya —suspiré con fingida diversión—. Qué suerte, ¿no? El chico por el que mueres al fin te confesó que siente lo mismo por ti.

—Sí... —fue lo único que dijo.

—Entonces supongo que querrás terminar con nuestro acuerdo lo antes posible. Descuida, podemos decir que en estas vacaciones conocí a alguien...

¡Ríndete, Harper! [COMPLETA][#PGP2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora